A esta altura del partido, la continuidad de Luis Alberto Heber en su cargo de ministro del interior, se trata simplemente de la amistad que lo une con el presidente de la República.
Muchos nos preguntamos si realmente Heber se encuentra bien de salud mental.
Los que lo conocemos hace muchos años, nunca lo habíamos tener algunas acciones realmente muy raras.
Cuando se pone como loco y empieza a gritar que no le perdonan el éxito, es bien de alguien que no se encuentra muy bien centrado mentalmente.
O cuando anunciaba que volvieron las carteras, refiriéndose a que las mujeres pueden volver a salir con carteras a la calle, algo que se ha suspendido por las reiteradas rapiñas que hay en todo el Uruguay.
Pero envejece y no pierde las mañas, ya que su yerno fue acomodado en el MIDES, cuando vivía en Italia y se volvió a Uruguay, contando con trabajo asegurado por su suegro. Últimamente le mejoraron el status a su yerno y le crearon un cargo nuevo de nivel de dirección.
Pobre Heber, da un poco de lástima, es un tipo simpático.
En la interpelación Cabildo se vengó de Lacalle Pou, le presentó una moción, diciendo que el ministerio no logra las metas calculadas por la coalición multicolor y lo dejan en minoría de votos el ministro.
Simplemente sigue en el cargo porque es Heber, cualquier otro, ya hubiera caído.