Pablo Repetto entró a jugar contra Plaza Colonia con el contrato en la mano para saludar e irse si no lograba un triunfo.

Nacional juega bien, tiene jugadores de buen pie como se dice en la jerga futbolística.

Con la garantía de Rochet en el arco casi asegurando el cero en valla, hay que buscar meterla dentro del arco rival.

Vida

Las oportunidades las crean, pero no logran convertir. Pegan en el palo, sale a milímetros, definen mal en la boca del arco.

El fantasma del argentino que despidieron y que era el que se encargaba de empujarla adentro del arco rival, sobrevuela cada partido de los tricolores.

Trajeron al goleador de Liverpool y no juega, y cuando juega no pasa nada.

Sin duda que el argentino Gigliotti, casi un ex jugador, es mucho más que todos los delanteros juntos y debería ser el 9 titular.

Ocampo parece que va a comerse los niños crudos y sigue sin pasar nada, pura insinuación.

Monzeglio es un flaco alto, elegante, que con la pelota en los pies es el único que puede hacer algo distinto, pero tiene menos sangre que una lombriz y la hinchada no lo quiere.

El “Pumita” que iba a Peñarol y se vino caliente a Nacional anda volando.

Laborda espectacular, pero cuando es titular no muestra seguridad.

Coelho es la solución atrás.

El Colombiano Castro es más bulla que concreciones.

Camilo Cándido es discreto, pero Almeida aún está soñando con Laquintana.

Un cuadrito pobre Repetto, tendrá que hacer milagros para lograr algo a nivel local.

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