Muchas veces ha pasado, a lo largo de estos 25 años de trayectoria de El Bocón y lo hemos tenido que soportar en forma lo más pacífica posible. Se trata de amenazar con El Bocón, parece que se ha transformado hace años ya, en una especie de deporte nacional y mucha gente que tiene problemas, litigios, o enfrentamientos con alguna persona, con sus patrones, con colegas, con lo que a usted se le ocurra, se ha hecho bastante costumbre y sabemos que repetidamente ha ocurrido, que le dicen si no aceptas o no hay acuerdo, voy a ir a El Bocón. Y nosotros ni enterados estamos que existimos en la boca de personas que no conocemos. Muchas veces, lamentablemente también ha ocurrido, que vienen a El Bocón, que nos plantean su interrogante, esto pasa decenas de veces por día y que luego van a la otra parte y le dicen que hicieron una nota con El Bocón, o que estuvieron con Bonica y que si no hay arreglo va a salir todo publicado en el semanario. Muchas veces llegan a un acuerdo, por temor a quedar de alguna manera expuestos públicamente por la publicación que podríamos hacer y nosotros ni siquiera nos enteramos por qué, nos llaman y nos dicen vamos a dejar todo sin efecto porque se arregló la cosa. Inclusive ha pasado también muchas veces, no solo una, muchas veces, que hay personas que vienen a hacer una entrevista para hacer una denuncia específica, que la realizamos, la grabamos y a los dos días nos llaman y nos dicen Bonica no publique la nota porque se solucionó todo, sabe que le conté que usted me había hecho una entrevista e inmediatamente se echó para atrás y se solucionó todo, así que le agradezco mucho. Lo dicen con naturalidad y no con el ánimo de extorsionar a nadie, sino como una práctica común y activa de extorsionar sin darse cuenta que está extorsionando a alguien.

Muchas veces inclusive, nos han llamado algunas personas que nunca hemos hablado con ellos, que no conocemos, que nunca vimos en nuestras vidas; y nos dicen Bonica le voy a pedir que no publique esa nota porque la señora está loca, está mal de la cabeza, yo voy a hablar con ella, y ni siquiera nosotros le habíamos hecho una nota a nadie. Es decir que a ese señor le dijeron mirá que hice una nota con El Bocón y el hombre se asustó y nos llama a nosotros para pedirnos que no publiquemos la misma, cosa que es hasta ridículo, porque les reitero, ni conocemos a la persona, ni conocemos el caso, tampoco conocemos la situación, ni hemos hecho ni grabado ninguna entrevista.

Por eso hoy quiero alertar a la gente en general, que no se deje llevar por presuntas amenazas, ya que El Bocón está abierto a todos aquellos que quieran conversar con nosotros a cualquier hora del día o de la noche y nuestro teléfono es público, lo conoce todo el país, por eso no se dejen chantajear ni permitan que alguien los extorsione amenazando con El Bocón, sino que lo que tienen que hacer es ponerse en contacto con nosotros que, no tengan la menor duda que les daremos todas las garantías y las oportunidades para apreciar su punto de vista de cómo son las cosas realmente, de acuerdo a su criterio.

Es lamentable, pero hay gente que lo hace sin darse cuenta, en forma inocente, otros que no son tan inocentes y nos usan para extorsionar y otros, peores todavía, que ni siquiera vienen a hablar con nosotros y le mienten a la otra parte diciéndole que ya va a salir una entrevista con El Bocón.

Nos ha pasado incluso con profesionales, con abogados que nos han llamado telefónicamente alertando que si sale tal publicación van a hacerle un Juicio al semanario y a mi persona por difamación e injurias, cuando ridículamente ni siquiera conozco el caso, ni la gente, ni nada.

Estamos como siempre a las órdenes en el semanario El Bocón, para tratar de ser lo más justos posibles, en una tarea difícil como es ser independiente en el periodismo Uruguayo, pero por sobre todas las cosas, algo que defiendo a capa y espada y lo defenderé toda mi vida, somos personas y periodistas que estamos bien intencionados.

 

 

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