Hemos sido testigos del deterioro de nuestro departamento, un departamento que supo ser pujante, que supo tener su ciudad industrial, que muchas veces se lo catalogó como la capital del interior; pero que lamentablemente en los últimos 15 años entró en una etapa de retroceso que nos llevó a tener los más altos niveles de desempleo, produciendo en la gente el descontento y la desesperanza.
Y hoy escuchamos a personajes de la política departamental y nacional pronunciando lindos discursos para la tribuna, poniéndose del lado del trabajador; increpando soluciones a un Gobierno que recién empieza su gestión, en medio de una pandemia mundial y exige soluciones ya.
Hipocresía, esa es la palabra que me surge, ya que cuando tuvieron todas las herramientas, simplemente miraron para su ombligo.
Un ejemplo de lo que digo es la Diputada Cecilia Bottino, hoy una de los tres candidatos a la intendencia por el Frente Amplio en nuestro departamento.
En un vergonzoso acto de desesperación por mantener un voto cautivo, de un sector de trabajadores “agremiados” que responden políticamente a su partido y como es el caso FANCAP, participó de una asamblea e hizo uso de la palabra para la tribuna y obviamente los medios de prensa.
Ahí habló de la importancia de defender la industria uruguaya; pero se olvidó de decir que fue su partido político (Frente Amplio) que habilitó y facilitó el ingreso de empresas extranjeras para competir en el mismo rubro, y obviamente eso sí atentó directamente con las fuentes laborales del sector de ANCAP Portland.
Habló de su proyecto de ley para que esta industria estatal pueda seguir produciendo, pero no dio explicaciones de por qué siendo ella diputada en el periodo anterior y con mayorías parlamentarias tanto en Cámara de Diputados, como en Cámara de Senadores ese proyecto no tuvo el respaldo de los legisladores del Frente Amplio.
Hoy quiere sacarse el lazo diciendo que son otros los que gobiernan, pero no reconoce que ella, sumado a los Sendic, entre otros tantos, fueron los encargados de dejar en Paysandú un horno de millones de dólares, que además dejaron en rojo los números de una empresa que supo tener el monopolio del cemento hasta que ellos abrieron la puerta al “neoliberalismo” del cual siempre han criticado.
En fin, podría seguir enumerando la hipocresía de esta gente, pero como siempre preferimos el camino de las propuestas, ya que para nosotros primero está la gente, porque actuamos, pensamos y sentimos con coherencia; es así que desde ese lugar le hicimos llegar nuestro aporte al intendente Mario Díaz a través de una minuta de comunicación.
Ahora está en sus manos escuchar y atender realmente un planteo concreto para comenzar una verdadera defensa de la fábrica de Portland ANCAP, que no es otra cosa que defender las fuentes de trabajo de los sanduceros.
“Ante la penosa situación que está atravesando la planta de cemento ANCAP y de acuerdo el compromiso asumido por el Gobierno Nacional de estudiar el tema, nos motiva ver desde la órbita departamental cómo podemos colaborar.
Para ello sería importante una instancia con el Sr. Intendente Departamental a efectos de intercambiar ideas y saber de primera mano si la IDP compra cemento Portland a ANCAP, en qué cantidades, de qué forma (si es directamente a la fábrica o a un tercero) así como si existe algún convenio entre la IDP y ANCAP.
Además, como otro eslabón de la cadena, es necesario conocer si hay algún requerimiento expreso a las empresas privadas con las cuales contrata la IDP a efectos de que utilicen dicho cemento. Asimismo, si existe algún seguimiento en ese sentido.
En caso contrario, se podría pensar en una política departamental proteccionista de la industria sanducera.
De no existir nada previsto, el Intendente debería elevar una iniciativa a la Junta Departamental a efectos de elaborar un Decreto donde se priorice el uso del mencionado cemento en todas las obras de índole pública para así cuidar la fuente laboral de muchos sanduceros.”