Lo dijimos en campaña y lo escribimos en varias notas. Convencidos de que Moreira era inocente. Quizás no de la pelotudez humana que nos lleva a involucrarnos con las personas equivocadas pero si por haber ofrecido retribuciones a cambio de sexo. No lo dijimos por conocerlo ni tener un perfil psiquiátrico del acusado sino por el hecho de que los audios se habían viralizado a 8 días de las elecciones. ¿Usd no desconfiaría?
En aquel momento llamamos al actual presidente «pilatos». No había otro camino para recorrer en tan poco tiempo. Su malestar por el hecho en conferencia de prensa fue inmenso. No por lo sucedido sino por la velocidad en que se resolvió todo. Incluso por su poca participación en la decisión de excomulgarlo del partido.
En aquellos días el actual presidente oficio de «Praefectus de Judea» y se lavó las manos dejando a su vice y al «guapo» la tarea de crucificar a Moreira. Dictaminar una absolución al Intendente de Colonia iba a complicar su imagen y la de su partido y aunque en conferencia evitó alusiones personales, Lacalle de este tema, cuanto menos hablara mejor. Por suerte «Moreira» le evitó la excesiva exposición mediática y se terminó de inmolar renunciando al partido y a su banca. Si esto no sucedía, Luis debía enfrentar otra vez la obligación moral de pedirle que se aparte definitivamente.
El hecho puntual de si el Intendente era culpable de cohecho, abuso de poder o quizás algo peor, se terminó de resolver en la justicia. Que es lenta a veces y otras funciona como un rayo. Aún si nada tuvo que ver y lo ocurrido con Moreira no configura delito alguno, al menos moralmente ya se había producido el daño y el precio por ser un «viejo calentón y pollerudo» lo iba a jubilar por anticipado.
Entendíamos que en política nada tiene doble lectura (parafraseando a la escribana Argimon). Si el partido nacional dejaba una pequeña duda planteada sobre la posible inocencia de (hasta hace poco) uno de sus más fuertes «junta votos», el discurso sobre la transparencia y la lucha anticorrupción se caería a pedazos.
La pregunta es ¿porque a tan poco de las elecciones sucedió esto? Seguramente no hay dobles lecturas Sra. Argimón en cuanto que a Moreira lo crucificaron en judea. Y ante una multitud mediática que coreaba su nombre «Pilatos» le tuvo que bajar el pulgar. Que Luis no tuvo otro camino (aunque sabe que fuera de los tiempos electorales no hubiera tomado extremas medidas) y que la campaña a tan pocos días de las elecciones fue orquestada por comandos de segundo y tercer orden es casi un hecho. Por aquello de que si salpica, mejor estar lejos. Hoy la justicia cerró el caso. El audio en el que supuestamente Moreira ofrecía favores esta editado 15 veces. Y las supuestas pasantías nunca se concretaron. Me pregunto qué harán ahora los involucrados en la crucifixión política del ex Intendente. Al menos Argimon debería pedirle las disculpas del caso. Al ser consultada sobre el archivo de la causa (la primera en febrero) comentó: “no me hace cambiar mi mirada sobre el asunto”. Nos gustaría saber que piensa ahora que fue desestimada la causa por segunda vez. La feminista lo había lapidado públicamente en varias ocasiones y ahora es ella la comprometida en un audio.
Lamentablemente los tiempos políticos no son los mismos para la justicia y si este episodio se hubiera resuelto a tiempo Moreira hoy sería senador. No estamos evaluando si es bueno, malo o regular como político. Estamos evaluando un tema de justicia social. Y cómo se resolvió un tema al grito de la tribuna. Luis maneja otros tiempos y otros modos y este evento no fue algo que se tragó con mucho agrado. Sabía que la elección de su candidata a vice había sido solo una jugada política y no le concedió el lugar por un tema de idoneidad. Deberá aprender la sr escribana de este episodio que lo excesivamente correcto no siempre es el mejor camino. Y recordar que en política nunca se debe «escupir para arriba».
No me canso de repetirlo, disculpen la insistencia. Esta vice inventada por Luis es impresentable.