Revolution Justice and legal activism with a group of activist protesters demonstrating for social laws to fight unrest with 3D illustration elements.

Nos hacen creer que es imposible, que no se puede, que pretender administrar bien el dinero público es un mal endémico.

La gente nos repite permanentemente que nadie va a cambiar el sistema político profesional.

Es que durante una eternidad los políticos de turno se han adueñado de todo, incluso de nuestra calidad de vida.

Tan es así, que muchos creen que nada van a lograr en la vida si no es por intermedio de la gestión milagrosa de un político.

Esto se debe porque los políticos utilizan sus influencias para hacer todo tipo de gestiones y de esa manera ganar las simpatías que finalmente se transforman en votos.

Siempre pensando en los votos para permanecer un período más en el poder.

Manejan con sapiencia nuestra economía individual, saben cuándo estamos con el agua al cuello mejor que nosotros.

Consiguen materiales, lugares en hogares estudiantiles, nos mandan limpiar las cunetas de nuestro barrio, nos ponen un foco de luz, pintan una cebra, nos consiguen un pase libre para el boleto urbano, y pasajes para llevar a nuestros hijos a atenderse a Montevideo.

Todo depende de un político, es una estrategia muy bien orquestada estrategia que nos hace dependientes de sus buenas acciones.

Lo curioso es que las acciones que realizan son todas con nuestro dinero, el que reciben por el pago de nuestros impuestos, nunca con el dinero de su propio bolsillo.

Y la gente es corrupta muchas veces, aprendió el juego y se sube al carro fácilmente.

¿Se puede cambiar semejante organización mafiosa?

Por supuesto que se puede, no tengo la menor duda que si se administra honestamente el dinero público, y se volcara a las carencias sería todo mucho más sencillo y justo.

Para que esto ocurra tenemos que disfrutar de una justicia independiente e implacable.

Porque no es independiente ni económicamente, ni funcionalmente.

También dependen del sistema político.

Por todo eso, es que hay que actuar con inteligencia, tener paciencia, presionar en donde hay que apretar.

Es importante que se pueda informar libremente para que la gente común pueda tomar conciencia de la realidad.

Que sepa que el Poder Legislativo le cuesta al contribuyente 400.000 dólares por día los 365 días del año.

Y entonces se asustan, no lo pueden creer, se calientan y finalmente… toman conciencia de la realidad.

Miren esto que pasó en la Argentina…

FALLO DE JUSTICIA ARGENTINA QUE CREA ANTECEDENTE INTERNACIONAL

 

JUEZ ORDENÓ SUBA A JUBILADOS POR EL ÍNDICE DE PRECIOS

 

La Justicia hizo lugar a un recurso presentado por la Defensoría del Pueblo, para que los jubilados no tengan que ir individualmente a los tribunales a conseguir un fallo similar al que benefició a Adolfo Badaro. El Gobierno apelará

Según indicó la Defensoría del Pueblo de la Nación, a partir del martes próximo el organismo que conduce Eduardo Mondino dará a conocer los mecanismos que deberán seguir los jubilados y pensionados que no recibieron la movilidad de sus haberes de acuerdo con pautas del INDEC.

De acuerdo con la información, el juzgado federal de la Seguridad Social 9, a cargo del magistrado Alberto Ize, hizo lugar a la demanda promovida el pasado 5 de marzo por Mondino para que se reconociera a pensionados y jubilados un régimen de movilidad de sus haberes conforme lo dispone el artículo 14 bis de la Constitución Nacional, con el fin de que se ajusten los ingresos de la clase pasiva según las pautas del aumento de índices elaborado por el INDEC.

Badaro -ex conductor de buques- percibía una jubilación mensual superior a 1.000 pesos en enero 2002 y sólo aumentó en ese período 11 por ciento; por ello la Corte ordenó aumentarle un 77,6 por ciento, retroactivo a enero 2002, y por la mora en el cobro de la jubilación percibirá una tasa de interés pasiva del Banco de la Nación.

¿Qué tal?

Es de esperar que la Justicia uruguaya, también tenga este mismo criterio y obligue al Gobierno a pagar jubilaciones reales, y no la miseria que el 90% de los jubilados reciben luego de haber trabajado 50 años de sus vidas, para ahora vivir la angustia y la depresión, cuando en realidad deberían disfrutar sus años de ancianidad.

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