Una situación muy especial, ha tenido este gobierno multicolor, con relación a cuatro ministros que debieron renunciar.
Bartol era la estrella de la campaña electoral de Luis, lo mostraba y elogia en todos los actos públicos. Era el que fue a buscar, el que no era político, representaba a los técnicos que iba a nombrar en cada ministerio. Pero Bartol dijo dos o tres boludeces que lo dejaron afuera del MIDES al poco tiempo de haber asumido.
Que las oficinas del MIDES iban a estar en el CASAVALLE, fue un caballito de batalla de Bartol, sonaba muy bien, lo potenciaba socialmente.
Y la frutilla de la torta, fue cuando en un medio de comunicación, dijo que iba a utilizar el hall central del ministerio sobre la principal avenida, para que los uruguayos que están en situación de calle hagan YOGA.
Si, leyó bien, YOGA para aquellos uruguayos que cayeron en la más desesperante situación que un ser humano puede llegar.
¿Parece una locura verdad? Lo es.
Gente que necesita una vivienda, un plato de comida, un abrigo, que están con mujeres e hijos viviendo en la calle, en cualquier esquina o techito, resulta que este iluminado quería darles clases de YOGA, para que mediten.
Luis lo sacó del Ministerio, todos conformes.
Lo curioso, que esperó unos meses, que la gente se olvide, y lo volvió a tomar en el ministerio en otro cargo de jerarquía.
LO DE GERMÁN CARDOSO, FUE DE REPLAY
Cardoso fue nombrado por Sanguinetti por su sector Colorado, Ministro de Turismo.
Hizo cualquier desastre en materia de publicidad, quedó en evidencia actos de presunta corrupción en la materia.
El Director de Turismo, otro político Colorado, se negó a firmar una pauta publicitaria por entender que era inaudita en las cifras.
Cardoso fue al despacho del director y le dijo… “¡O firmas o te echo!”.
No firmó, y lo echó.
Ese Director salió a la prensa y contó detalladamente todo, lo que expuso a Cardoso.
Tanto quedaron al descubierto presuntas irregularidades, que Sanguinetti le bajó el pulgar. Lo obligó a renunciar, a pesar que Cardoso había recurrido al despacho del Presidente de la República, con amplia documentación para demostrar su inocencia.
Lo curioso, es que se tuvo que ir bajo sospecha y al día siguiente ingresaba a su banca de Diputado. ¡Gloria a Dios!
Sin trabajo, se quedan los giles, los políticos jamás.
ADRIÁN PENA, DEBIÓ RENUNCIAR POR MENTIROSO, PERO…
Lo del Ministro de Medio Ambiente Colorado, del sector del ex líder Talvi, fue un papelón, digno de una serie de Netflix.
Se hizo pasar por “Licenciado” durante más de dos años, firmó en el parlamento como licenciado, le decían licenciado, pero, no era licenciado.
Ya teníamos aquella lamentable experiencia con Raulito Sendic, y la historia vuelve a repetirse.
Pero Peña, fue también al Presidente de la República a decirle que tenía el título.
Tan convincente fue, que el presidente lo respaldó totalmente.
Y el propio Sanguinetti, salió a la prensa a defenderlo, diciendo que en realidad tiene el título, que había hecho todo en la Universidad Católica.
Lo curioso, es que al día siguiente, la propia Universidad, en un comunicado, dejó claro que Adrián Peña no tenía título.
Luis y Julio muy calientes, lo renunciaron.
Pero esperó unas dos semanas, para que baje la presión de los medios, y volvió a su banca en la Cámara de Senadores.
Nunca se quedan sin trabajo los políticos.
IRENE, LA MINISTRA QUE REGALABA VIVIENDAS A DEDO SIN SORTEO
Lo de Irene Moreira, es más actual, ya muchos lo saben.
Daba a dedo, sin el sorteo correspondiente, viviendas del ministerio, a sus correligionarios de Cabildo Abierto.
También fue a explicarle al presidente Lacalle, llevó también documentos intentando explicar lo inexplicable.
Pero la piola venía muy mal, ya que empezaron a aparecer varios casos similares y Luis resolvió que renuncié.
Luego de una conferencia al mejor estilo del “Goyo” Álvarez, la ex edila Blanca de Artigas, presentó su renuncia.
Pero, al día siguiente, asumió su banca en el Senado. Los políticos nunca se van para sus casas, ni se quedan sin salarios del Estado.
Nabos, mentirosos y corruptos, todos siguen colgados de las tetas del Estado.
No fue ministro, era el número 3 del Ministerio del Interior, se atendió en el Hospital Policial y renunció supuestamente avergonzado.
Pero tampoco se quedó sin trabajo, el presidente lo contrató como Asesor jurídico (es abogado) en la presidencia de la República.
¿Ahora será el turno de Santiago González?
Hubo un cuarto ministro renunciado, Ernesto Talvi. Luis le sacó de apuro del Ministerio de Relaciones Exteriores, cuando Talvi hizo una conferencia anunciando las medidas de austeridad, que incluían terminar con los acomodos de políticos fracasados en embajadas, cerrar varias de ellas, y terminar con la “diplomacia del cóctel”.
Trajo a Bustillo, que es especialista en el despilfarro diplomático, amigo del Cuqui, y Talvi, que es honesto, se fue de la política, al ver que su propio partido y su propio sector, se quedaban calladitos para no perder sus cargos.
Así es el sistema político profesional, que siempre señalo.
Los honestos no tienen lugar.