Pablo Bartol fue invitado por Luis Lacalle Pou a ingresar a la política.
Sin duda que Bartol era un buen gancho para acarrear votos, ya que tiene en su legajo una larga trayectoria de trabajo social en zonas donde el Partido Nacional no llega.
Fue el buque insignia del presidente Lacalle Pou en toda su campaña, su figura era siempre ladero de Luis en cada uno de sus actos. Incluso, fue el primer Ministro que reveló Lacalle, junto a la de economía antes de las elecciones.
Bartol hizo algunas propuestas en campaña que seguramente Luis y su grupo de políticos profesionales se mataban de risa.
Dijo que cuando sea ministro, iba a promover clases de Yoga para los uruguayos en situación de calle.
¿Estaba loco?
Realmente algo insólito políticamente hablando, que solo alguien honesto, bien intencionado, solidario y que no tiene interés en sacar rédito político podía decir.
Durante su año de gestión, los enfrentamientos con Armando Casteindebardg, su subSecretario del Mides, colocado allí para poner la “cuota política”; fueron grandes, ya que Bartol no tiene en la mira el gran objetivo de sembrar desde el Mides futuros votantes.
Digamos las cosas como son, cada Ministerio tiene un objetivo político, no lo dicen, pero es así. y hay que sacar réditos electorales futuros.
Lo hacen en todos los ministerios, son excepciones.
Pero Bartol no quería hacer una tarea social sin mirar el color político, y eso hizo que saquen al Dr. Martinelli, que era el tercero del ministerio, porque ya eran el agua y el aceite con Bartol.
Y llegó el momento, un primero de mayo y por Twitter, la población se entera que sacan a Bartol y ponen a Lema, “del riñón de Lacalle en la lista 404”.
Ahora sí, quedará Lema de Ministro y su suegro de Subsecretario, a pura política.
Queda claro, no se puede ser honesto, solidario y plural, porque simplemente sos un boludo para el sistema político profesional.
Se va un señor de bien, entra un político profesional.
Siga el baile.