Hace dos años publicamos una nota en este semanario que se titulaba: “ES SUCIO Y TIENE MALA LECHE”.
Nos estábamos refiriendo a Gonzalo Bergessio, quién en forma poco creíble lo quisieron colocar en el podio de los ídolos de Nacional.
Mala leche, codazos para lastimar a su rival incluso sin la pelota en juego.
Decenas de ejemplos de su accionar agresivo y violento podríamos citar.
Una falta de respeto a los trabajadores colegas, demostrando tener muy bajos instintos a la hora de disputar una pelota.
Pero además, en el famoso problema del hotel de la concentración después del clásico que perdieron con Peñarol, donde se supo que ingresaron mujeres a las habitaciones de algunos jugadores, alguien le avisó al periodista de El País desde la concentración.
Muchos miraron para el lado de Iván Alonso, que era el Director Deportivo, pero otros apuntaron a Bergessio como el buchón.
A las 48 horas el capitán de Nacional habló en un medio de comunicación del tema, y cuando todos esperábamos que representara al plantel, lo que hizo fue limpiarse él y dejar claro que él no participó de ese incidente con mujeres.
Eso cayó muy mal en el plantel.
Y dentro de la cancha, si bien ha sido un goleador implacable, debemos decir con total claridad, que también demostró ser pésimo compañero, exigiendo que le pasen la pelota a él, poniéndose agresivo cuando no le hacían el juego.
Había que mirar a ver dónde estaba Bergessio obligatoriamente.
Y cuando un compañero en lugar de dársela resolvió tirando al arco en lugar de dársela al cordobés, se ganaba una puteada y gestos para que la tribuna lo vea.
Repetto además, analizó que Bergessio juega en 30 metros de la cancha, que no puede jugar para el equipo, sino que el equipo tiene que jugar para él.
Entonces Bergessio a un entrenador que quiere un equipo dinámico, armonioso, Bergessio les molesta en el esquema de juego.
Si a todo eso, le sumamos que es caro, tenemos que llegar a la conclusión que la medida está bien tomada por parte del nuevo entrenador.
En cuanto a Rafael García, debemos convenir que nunca fue un gran jugador, que su principal virtud es su adhesión a Nacional, su buena química con los hinchas, pero lo es el rendimiento deportivo.
Sobre Polenta, el problema es claro, es un líder negativo, que complica a la interna, forma camarillas y quiere mandar más que el entrenador.
Su juego ya no es el mismo que hace algunos años atrás, por consiguiente, es bueno no tenerlo.