De acuerdo a la información que estamos manejando, hay cierto apuro por “colocar” al excanciller Francisco Bustillo en alguna embajada.
Ocurre que al parecer tiene fueros diplomáticos si llega nuevamente a un cargo de esa categoría.
Solamente pasa en el Uruguay que el presidente haga renunciar por un hecho gravísimo, como lo fue el pasaporte del narcotraficante Marset, y termine de embajador.
Todo este tiempo, desde su renuncia, sigue cobrando el salario de funcionario del Ministerio de Relaciones Exteriores sin trabajar en ningún lado.
Nuestras fuentes nos aseguran que pidió ir a Europa, especialmente a Portugal de Embajador.
Recordemos que cuando fue nombrado Canciller, estaba de embajador en España.
Ahora en la madre patria hay una ex secretaria de Bustillo de embajadora que fue nombrada en el Vaticano, pero cuando Bustillo se vino a la cancillería, el propio exministro forzó la posibilidad que esa dama tan querida por Bustillo fuera a España.
Y ahora el deseo es estar cerca de ella por intereses personales.
Ya en una oportunidad Bustillo se salva de ir preso porque Mujica, que era el presidente de Uruguay, no le levantó los fueros diplomáticos, que solicitó la justicia argentina por un caso de importaciones truchas de autos por la vía diplomática.
¿Se volverá a repetir la historia?
¿Se le formalizará en la causa pendiente por intentar entorpecer la investigación de la fiscalía en el caso del pasaporte de Marset?
Porque las declaraciones de Carolina Ache fueron contundentes y hasta presentó un audio, donde Bustillo le pide, que destruya los mensajes que tenía en su celular, para que no lleguen a la fiscalía.