El ex Intendente Caraballo ha salido en una maratón de anuncios de sus gestiones, ante distintos organismos nacionales, como es el caso de la visita que mantuvo con el Sub Director de OPP José Luis Falero, donde posteriormente realizaba una serie de anuncios para Paysandú, que según Caraballo le habrían comprometido.
Y así con varios anuncios que ha venido haciendo, donde en su calidad de ciudadano y candidato; desconoce al actual Intendente de Paysandú el señor Mario Díaz, como así también a su colega como candidata de la coalición de izquierda, la actual diputada Cecilia Bottino.
Este muchacho parece que no le ha caído la ficha de que ya no es más el Intendente de Paysandú, y si le cayó la ficha es más sinvergüenza de lo que uno se imagina, porque pretende hacer ver en estos días importantes gestiones para el Departamento que no realizó en cinco años, cuando en lo nacional Gobernó por 15 años el Frente Amplio.
Es demagogia pura, o un gran delirio, como cuando en un programa radial emitido por una emisora AM en horarios de la mañana, afirmó que cada mañana miraba desde su ventana un Paysandú pujante y próspero.
A ver si es demagogia pura, se entiende, ya arrancó la carrera electoral y va por la re elección; ahora sino es un delirio y realmente tendría que ver la posibilidad de tratarse con un profesional.
Los delirios son creencias falsas fijas, que las personas tienen a pesar de la evidencia en contra de esas creencias. Algunos delirios se basan en una interpretación errónea de las percepciones y experiencia reales. Por ejemplo, la persona con delirios puede sentirse perseguida, pensando que alguien le sigue en la calle, o que un accidente común es un sabotaje intencionado. En otros casos, se piensa que las letras de las canciones, o los artículos de prensa, contienen mensajes que se refieren concretamente a ellos.
Algunas creencias parecen más plausibles y pueden ser difíciles de identificar como delirios, ya que podrían producirse, o se han producido en la vida real. Por ejemplo, en algún caso un sujeto puede ser seguido por un investigador, o su trabajo ha sido saboteado por sus compañeros. En estos casos, la creencia puede ser interpretada como un delirio por la gran convicción de la persona afectada, a pesar de las evidencias en su contra.
Otros delirios son más fáciles de identificar. Por ejemplo, en los delirios religiosos o grandiosos, la persona puede creer que es Jesucristo, o el Presidente del país. Algunas ideas delirantes son bastante extrañas. Por ejemplo, el sujeto puede pensar que sus órganos han sido sustituidos por piezas mecánicas o que su cabeza contiene una radio que recibe mensajes del Gobierno.
No sé en donde encajaría Guillermo Caraballo; pero parecería que aún se cree el Intendente, o sino quienes quedaron son tristes marionetas que están haciéndoles los mandados.