¡DESDE PAYSANDÚ!
En el interior urbano, un hogar de tres personas que supere los $ 28.000 pesos mensuales es “no pobre”…
El contador Luis Freda explicó los datos que surgen de la última Encuesta Continua de Hogares del Instituto Nacional de Estadística (INE) referidos a los indicadores de pobreza e indigencia, reflexionó sobre los procedimientos de cuantificación y aportó ideas para ampliar esos métodos. El docente de la Universidad de la República realizó proyecciones que permiten estimar que una familia de tres miembros que vive en el interior urbano es “no pobre” si reúne más de $ 28.000 pesos mensuales e informó, según las cifras oficiales, que es indigente la persona que no alcance los $ 3.900 pesos mensuales. El departamento de Paysandú está entre los más pobres y desiguales del país.
LAS LÍNEAS DE POBREZA EN EL INTERIOR URBANO Y RURAL
En base a datos del INE correspondientes a febrero de este año, siguiendo los métodos de cálculo que el país ha establecido para medir la pobreza, el profesional estimó que un hogar de tres personas del interior urbano que tenga un ingreso de hasta $ 28.183 se encuentra en situación de pobreza. Mientras para una familia que vive en el medio rural, con igual número de miembros, la línea de pobreza está en $ 19.486 pesos, estimó.
Estos datos surgen de proyecciones que realizó el docente (Facultad de Ciencias Económicas – UDELAR) a partir de la información del INE correspondiente al mes de febrero del 2021 en la que sólo aportó la estimación del ingreso por persona para definir la línea de pobreza y la línea de indigencia. Según las cifras oficiales, es pobre aquel uruguayo residente en el interior urbano que perciba menos de $ 10.708 pesos mensuales y quien viviendo en el interior rural no llegue a los $ 7.213.
“116 PERSONAS DE CADA MIL NO CUBREN SUS NECESIDADES BÁSICAS ALIMENTARIAS Y NO ALIMENTARIAS”
A nivel nacional y siempre en base al Instituto de Estadística, el 11,6% de la población está por debajo de la línea de pobreza y al 0,4% en indigencia. “Esto quiere decir que hay aproximadamente 388.000 personas pobres y dentro de ellas 13.500 son indigentes. Otra forma de explicar esto sería decir que cada mil uruguayos cuatro no alcanzan los ingresos mínimos para cubrir sus necesidades alimentarias básicas. Y si vamos al término de pobreza decimos que 116 personas de cada mil no cubren sus necesidades básicas alimentarias y no alimentarias. A mi entender son números muy alarmantes”, opinó Freda. Resulta preocupante y doloroso que la pobreza castigue especialmente a niños y adolescentes con “la mayor concentración en los menores de seis años”.
Según los criterios definidos en Uruguay, que básicamente han sido comunes en los diferentes gobiernos, “para determinar la línea de pobreza se consideran dos canastas: una básica alimentaria y otra no alimentaria” mientras que la indigencia está determinada por la imposibilidad de alcanzar “una canasta básica hecha en base a un mínimo calórico para sobrevivir” cuyo valor para el interior urbano se fijó, también a febrero de este año, en los $ 3.902 pesos mensuales por persona.
LAS CARENCIAS DE LA FORMA DE MEDIR
“Uruguay utiliza el método del ingreso, ampliamente conocido a nivel internacional, para calcular la línea de pobreza e indigencia. Se mide cuánto le ingresa a la persona o al hogar y ahí se establecen los límites: antes de tanta plata genera un concepto, hasta tanta plata otro concepto y después de ahí, otro. Debajo de esa primera línea se determina la indigencia, la línea superior determina quienes están dentro de la pobreza y quienes superan esos ingresos son no pobres”. El profesional opina que el procedimiento tiene falencias considerables pero reconoce que hasta tanto no se generen acuerdos políticos para establecer cambios es la única alternativa para conseguir estas estimaciones. No obstante valoró que en un país con una población tan reducida y en el que las tecnologías de la información alcanzan una proyección muy considerable deberíamos ser capaces de medir “de mejor manera la pobreza”.
OTRAS FORMAS DE MEDIR
Reconoce a la pobreza como “un fenómeno de muchas variables, multifactorial” y, en consecuencia, aportó que sería necesario que la medición incluya “aspectos que nos permitan identificar si la persona vive en una vivienda decorosa, si tiene agua potable, saneamiento y energía eléctrica, el acceso a la educación y a la salud, el nivel de confort, considerando los artefactos que disponga, y el acceso a la seguridad social”. En la medida que las situaciones sean consideradas en su generalidad se podrían dejar de utilizar conceptos que resultan “al menos polémicos” de la medición según ingresos. Ahora, por ejemplo, una persona que tiene un salario que llega al mínimo imponible para tributar IRPF es no pobre pero de sus casi $ 34.000 pesos mensuales efectivamente recibirá unos $ 27.000, después de que se apliquen los descuentos. “A una madre soltera con un hijo a cargo que cobre un salario mínimo, de $ 19.300 nominales, le van a quedar unos $14.000 y pico y es bravo poder hacer algo con esa plata”, ejemplifica Freda. Recordó que actualmente también se computan para el cálculo “las canastas o algún tipo de asistencia que la persona pueda recibir. Lo mismo si yo vivo en una casa de mi propiedad me suman el valor locativo y aunque no tenga un ingreso puede que no sea considerado pobre. Igual pasa con el FONASA, suman como ingreso el equivalente a la cuota de la prestación y entonces los hogares con muchos niños y adolescentes muestran un salto muy importante en sus ingresos” aunque en realidad no dispongan directamente de ese dinero.
EDUCACIÓN PARA “TRASCENDER” EL PROBLEMA “ESTRUCTURAL”
El contador sostiene que el país debe enfrentar “el problema estructural de la pobreza” y valoró que la constatación de que decenas de miles de personas “entren y salgan de esa situación según estos indicadores” confirma que se trata de un fenómeno que “se reproduce generación tras generación” y opinó que “la educación es la única forma de trascender” el agudo problema.
PAYSANDÚ ESTÁ ENTRE LOS DEPARTAMENTOS MÁS POBRES Y MÁS DESIGUALES
Paysandú se encuentra entre los departamentos con mayor cantidad de población pobre, con un promedio que supera la media nacional, y es uno de los más desiguales del país, lo que implica que una porción mínima de sus habitantes concentra la mayor parte de los ingresos, datos que también se desprenden del INE, informó Freda.