Por Mirtha Lencina.-
En muchas universidades se pide a los profesores más queridos que dicten una charla de despedida a manera de resumen de toda una vida de enseñanza y aprendizaje
En la Universidad de Pensilvania el 18 de septiembre del 2007, por cosas de la vida Randy Pausch dicto su última clase.
Hacía un año que por cosas de la vida le habían diagnosticado cáncer de páncreas, una enfermedad mortal que avanza con rapidez y pocas semanas antes de la charla supo que la enfermedad se le había extendido al hígado y al bazo.
Cuando él y su esposa supieron que el cáncer se había extendido, se pusieron a llorar y se abrazaron, pero después rieron e hicieron chistes a costa del cáncer y de cualquier cosa.
Cuando le dieron el diagnóstico él y su esposa decidieron mudarse a Pensilvania (Virginia) donde allí vivía toda la familia de su esposa.
El pronóstico era que por cosas de la vida le quedaban menos de seis meses de vida.
A cualquier padre con tres hijos menores de seis años, una sentencia de muerte así le habría quitado toda esperanza
Todos los días andaba en bicicleta una hora por día, eso lo ayudaba.
A pesar de saber de lo que por cosas de la vida lo esperaba, con su esposa habían convenido no dejar por completo el trabajo, una hora diaria de trabajo lo hacía pasar mejor el resto del día.
En su charla, ese distinguido profesor de informática y diseño ergonómico de computadoras, no hizo más que una breve mención de sus logros, sobre todo como fundador del Proyecto Alice (así llamado por Alicia en el país de las maravillas), que permite a los estudiantes jóvenes narrar historias con imágenes.
Aunque mencionó su enfermedad, lejos de insistir en ella dictó una conferencia desbordante de optimismo y buen humor sobre la importancia de hacer realidad los sueños de la infancia, administrar el tiempo y, ante todo, disfrutar cada instante de la vida.
En una reveladora conversación que tubo a mediados de febrero de 2008, cuando aún se sentía bien, Pausch habló de su libro, sus tres hijos y su espíritu incansable.
El 15 de agosto de 2007, sus médicos le dieron de tres a seis meses de vida.
Seis meses después, por cosas de la vida aún seguía con vida.
Vivió un año y medio después del primer diagnóstico, lo que en el mundo del cáncer de páncreas es un caso excepcional.
Los diez tumores que tenía los médicos y él lograron que no crecieran en seis meses, sin dudas que fue un afortunado.
Empezó con una operación, luego fue a Houston para someterse a una combinación brutal de radioterapia diaria y quimioterapia.
Participó en un ensayo clínico del centro de cancerología, al final casi no podía caminar.
Por cosas de la vida el nuevo tratamiento dejó de ser eficaz, tenía los días contados.
En su caso, la supervivencia se mide en meses, cuando realmente cayera el final llegaría pronto ya que los tumores crecían rápidamente.
Tenía tres hijos pequeños y jugaba con ellos lo más que podía.
Los días que recibía quimioterapia terminaba rendido, pero era difícil atribuirlo al tratamiento cuando veía que sus hijos, por cosas de la vida habían heredaron la hiperactividad de su padre.
Los especialistas habían sido firmes en el tema, ni una palabra hasta que se encontrara muy grave.
Si ni los adultos eran capaces de aceptar la idea de que él iba a morir pronto, por muy buen aspecto que tuviera, mucho menos podrían aceptarlo los niños. Morir de ese cáncer no era nada agradable. Tarde o temprano se pondría amarillo y entonces a su hijo mayor le quedaría claro que por cosas de la vida el final estaría cerca, sin dudas que sus hijos menores por la edad que tenían no lo entenderían.
De todos modos, no se podía evitar el hecho de que por cosas de la vida sus hijos iban a quedar sin padre.
Por cosas de la vida llegó el final de la vida de este hijo, hermano, esposo y padre, cuando reunió a la familia porque sintió que su final estaba llegando, estas fueron unas de sus últimas palabras…
“Yo soy el más afortunado. Me rompe el corazón pensar que mis hijos se quedarán sin padre, pero no importa la edad, sino cómo hayas vivido. Yo no elegiría morir a los 47 años, pero mi vida ha sido increíble.
Los amo, recuérdenme por siempre”.