Eran dos hermanas, una de 54 y 59 años que por cosas de la vida a esa edad pasaron a vivir juntas.
No tuvieron hermanos y se criaron en un hogar con los cuidados de sus padres.
Por cosas de la vida una se casó cuando tenía 19 años y la otra a los 21.
Una de ellas tuvo un hijo, la otra por cosas de la vida no llegó a ser mamá.
Estas hermanas siempre se mantuvieron cerca una de la otra y compartieron muchas cosas de la vida.
Perdieron a su papá aún cuando eran solteras, faltaban tres meses para que una de ellas se casara cuando por cosas de la vida el papá falleció.
Siempre las dos se dedicaron acompañar a vuestra madre aún después de casadas.
A los seis años del fallecimiento del papá por cosas de la vida perdieron a vuestra madre.
Ellas siempre muy unidas compartieron cada momento difícil que le tocó vivir.
El hijo que tuvo una de ellas, cuando tenía 22 años un día, por cosas de la vida se fue a vivir al exterior y allí formó una familia, después de esa partida vino en dos oportunidades a visitar a sus padres, luego con los años dejó de venir. Estos padres tuvieron que hacerse la idea que vuestras vidas serían sin la presencia de este único hijo.
Por cosas de la vida les dio una nieta y un nieto que los conocía a través de fotos.
Una de estas hermanas era maestra y la otra empleada pública. Los esposos uno tenía una carpintería y el otro una gomería.
Ambos matrimonios acostumbraban todos los domingos a almorzar juntos, aparte de tener salidas juntas y verse en el correr de la semana.
Por cosas de la vida llegó un día en que la desgracia cayó sobre ellos, por supuesto algo que jamás se imaginarían que podría pasarles.
Un sábado a la tarde los dos hombres fueron a hacerle una visita a un amigo que tenían en común, que vivía a 15 kilómetros de la ciudad.
Ellos iban en coche, al regreso de la visita al amigo, por cosas de la vida sufrieron un accidente donde lamentablemente los dos perdieron la vida.
Era de tardecita y se había puesto a llover muy fuerte, en un segundo, un descuido, una mala pasada del destino y allí acabó la vida de estos dos hombres que volvían para reunirse con sus respectivas esposas.
La noticia llegó a estas dos hermanas y esposas que no querían creer lo que se les estaba comunicando.
Fue un golpe tremendo, no querían aceptar el trágico hecho pero sabían que si les estaban comunicando algo así, era porque realmente había sucedido.
En cada cosa que tuvieron que vivir cada una en el correr de sus vidas, siempre estaba una u otra para contener a la otra, pero en este caso cómo hacían para consolarse una a la otra. No había palabra que pudieran decirse para aliviar ese dolor tan, pero tan fuerte que por cosas de la vida les tocaba vivir.
Estas dos hermanas por cosas de la vida hoy como otras veces las unía el mismo dolor.
Sus corazones se invadieron de un gran sufrimiento que solo el tiempo podría aliviarlo.
Por cosas de la vida a la misma vez quedaron viudas, sus esposos juntos partieron al más allá y juntas tuvieron que aprender a seguir adelante con sus vidas sin la compañía de ellos.
Hoy ellas comparten sus vidas, desde que por cosas de la vida quedaron sin sus esposos se unieron aún más.
Decidieron irse a vivir juntas y acompañarse una a la otra.
Hoy viven con el recuerdo de ellos y los llevan en sus corazones. Ojalá vivan muchos años y que la vida les de muchas alegrías, que ese amor de hermanas dure mientras vivan, a pesar de mucho sufrimiento por la tragedia de vuestros esposos les haya causado, ellas entienden que eso es parte de las cosas de la vida.