El Dr. Javier Sciuto, un desconocido que de un día para el otro apareció desafiando a los científicos del GACH, que tomó protagonismo por sus teorías contrarias al Covid, a los PCR, a los científicos, a las vacunas; ahora parece perdió el equilibrio mental y muestra una agresividad que asusta.

Se unió a Gustavo Salle y salió de gira por parte del Uruguay con un discurso negacionista. Andan sin ningún tipo de cuidado, sin tapabocas, sin distanciamiento, sin alcohol en gel; pidiendo y dando abrazos y besos a todos.

Accedió a muchos medios de comunicación, donde fue entrevistado, pero por ejemplo, cuando fue invitado a el programa que conduce Victoria Rodríguez, “Esta Boca es Mía” en canal 12, parecía un pollito mojado, lejos de aquel médico que se llevaba todo por delante.

Poco a poco se fue diluyendo su presencia en los medios, y ahora muy ocupado en las redes sociales, se dedica a agraviar e insultar a algunos periodistas entre los que nos encontramos.

Al colega Ignacio Álvarez le escribió:

“Rata inmunda: es evidente que solo servís para hacer propaganda al igual que el roedor de Haberkorn. Se está muriendo gente vacunada y ustedes piden en cuatro patas que sigan vacunando, pedazo de un retardado? Vacuna y después muerte, es la secuencia BURRO ALCAHUETE!”

 

Eso le escribió a Álvarez, incluyendo a Leonardo Haberkorn en su agresión violenta verbal.

Este señor está mal de la cabeza, desesperado por protagonismo, se dio cuenta que ya son muy pocos los que le dan pelota, que ha quedado pegado ante todos, y por ser agresivo ha perdido la poca razón que pudiera tener.

A nosotros también nos atendió en su locura por insultar y agredir.

Ante un Twitter irónico que escribió, pretendiendo dejar claro que el que se vacune se muere, contestamos que nos parecía totalmente desagradable que estuviera llevando pánico a muchísima gente, se le despertó el odio que lleva adentro y nos dijo:

“Llámese al silencio señor, usted a priori es un ignorante! Además de ser un sensacionalista cuyo aporte es nulo”

No era el mismo que nos enviaba mensajes a cada momento solicitando entrevistas, ni el que nos pidió implorando que no publiquemos su triste episodio cuando fue detenido por contrabando de ropa desde Brasil. Traía ropa para vender desde Brasil y lo comunicamos, para saber si era cierto ese documento que teníamos.

Ese Sciuto, cagado hasta las patas, no era este grosero y ordinario fuera de sí.

Es tan poco hombre, que le pretendió echar la culpa a su ex mujer, diciendo que era un encargue que ella le había hecho.

Nuestra respuesta pública no se hizo esperar:

“Está mostrando su verdadera personalidad doctor, ya nadie le da bola. Agresivo y violento. Se le terminó el currito de fama y política futura. Lo he respetado siempre, pero ya veo lo que es” escribimos.

Este doctor, no tiene ni idea el daño que ha hecho a la sociedad con sus pretensiones de fama. Más allá de sus diferencias científicas, que hasta pueden ser válidas, su propia personalidad violenta, su forma de expresarse, lo han transformado en una muy mala imagen, un pobre hombre, alterado por sus propias limitaciones.

Antes despertaba deseos de conocer sus ideas, ahora solo da mucha lástima.

Hace unas dos semanas atrás, el Dr. Gustavo Salle, entrevistado en un programa de radio Universal a la tarde, fue consultado sobre su futuro político.

Salle expresó su pretensión de crear su propio partido político.

El periodista le consultó su el Dr. Enrique Viana sería su compañero de fórmula presidencia de ese nuevo partido de Salle.

“Habría que preguntarle a Enrique” comenzó diciendo Salle, “Pero hay gente muy valiosa para ser mi fórmula presidencia, por ejemplo el Dr. Javier Sciuto” culminó el doctor Salle.

Saltó la liebre, me dije a mí mismo, todo armado para terminar como siempre en sus pretensiones políticas, hasta ahora frustradas.

Si salir con el megáfono por la calle a los gritos contra el sistema piensa que es un buen marketing, están muy equivocados, solo están logrando desacreditarse ambos.

Sciuto le está haciendo mucho daño a Salle con sus posturas agresivas y violentas contra los periodistas y los medios de comunicación.

Muchos pueden creer que son exabruptos pasajeros, pero la realidad, indica que sus reiteradas agresiones son parte de su doble personalidad.

Por un lado, el médico inteligente que lucha por la verdad, y por otro el bagayero, el insultador serial, el violento.

Seguramente ni Álvarez, no Haberkorn se bajarán al nivel nauseabundo de Sciuto, sería rebajarse.

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