Por Agustín Tajes.-

 

“Luego de 15 años de mal gobernar, en la elecciones de 2019 la ciudadanía decidió que ese lapso era más que suficiente, para entender que se precisaba un cambio y optó por elegir, primero, un Parlamento en el que el Frente Amplio sólo obtuvo un 38% de representatividad y luego, un gobierno encabezado por el Dr. Lacalle Pou, liderando una coalición de 5 partidos, que representaban el 62% restante.

Durante la campaña electoral, el Dr. Lacalle, expresó claramente que de ganar las elecciones, presentaría un proyecto de ley de urgente consideración, con aquellas medidas que consideraba imprescindibles, para iniciar el camino de recuperación de un país que el gobierno saliente dejaba en condiciones catastróficas, con un déficit fiscal de más del 5% y la deuda más grande de la historia, que supera los US$ 60.000 millones de dólares.

Una vez asumido, se dispuso la redacción de un proyecto a ser debatido, a priori, en todos los ámbitos y que una vez alcanzado el consenso razonable, fue enviado al Parlamento para el tratamiento correspondiente, con un debate parlamentario en el que todas las fuerzas políticas pudieran analizarlo y proponer los cambios que consideraran apropiados.

El proyecto en cuestión cumplió con todos los pasos formales y, además, pudo ser debatido ampliamente, con muchas modificaciones, en las que se tuvo en cuenta las diferentes opiniones que surgieron de dichos debates, hasta alcanzar un texto final que fue aprobado con los votos de toda la coalición y más de la mitad del articulado, con los del Frente Amplio.

Fue un duro golpe para la izquierda, acostumbrada, durante esos 15 años, a imponer su voluntad absoluta, debiendo, en muchos casos, recurrir a la disciplina partidaria para ello.

Por supuesto que para ese pensamiento pequeño que los caracteriza, no podían aceptar esto como parte del juego democrático, pero como no quedaba muy políticamente correcto, recurrieron a los servicios de su brazo sindical y entonces, le correspondió al PIT CNT levantar la bandera del referéndum contra la diabólica LUC, de nada menos que 457 artículos, que ninguno de ellos había leído.

Eso hizo que se pasaran 6 meses tratando de ver qué iban a proponer derogar, con el agregado que el FA había votado muchas de las normas que integraban el proyecto de referéndum.

Como siempre, con algunos versos respecto a priorizar la unidad, el FA resolvió apoyar la iniciativa, incluyendo a varios artículos que habían contado con su voto.

Hemos estado rastreando las propuestas que integran las hojas a firmar, para solicitar se convoque a referéndum contra la referida ley y, sin llegar a profundizar demasiado (algo más de 1/3 de los 135 artículos que se proponen derogar), hemos apreciado que todo lo que hemos visto, son normas que la ciudadanía, de todos los colores, ha venido reclamando por años.

En materia de seguridad, la legítima defensa, la detención de quienes se resistan al arresto, o ataquen a las fuerzas del orden, la prohibición de impedir el libre tránsito, el mantenimiento de mantener los antecedentes de los menores que cometan crímenes gravísimos (homicidio, violación, rapiña agravada, copamiento, etc.) y varias normas más, el proyecto propone su derogación.

También en las otras áreas, como proceso penal, legislación profesional policial, normas sobre prevención y represión de la violencia en espectáculos deportivos y en otros espectáculos de carácter masivo, economía y empresas públicas, fondo de estabilización energética, etc. las normas aprobadas son claras y necesarias y la pretensión de derogarlas demuestra una sola intención, la de realizar gimnasia política para sus militantes.

La cuestión es que se juegan una difícil parada y van a poner a toda la militancia a trabajar en la juntada de firmas (que son 700.000), recurriendo a lo que sea para ello. Leímos en una información que en el Hospital de Clínicas instalaron una mesa a tales efectos, lo que es inaceptable, ya que, según señalan en dicha información, le piden la firma a los usuarios al ingresar y si no lo hacen les complican el trámite. El Clínicas depende de la UDELAR y sus autoridades deben actuar en consecuencia.

Hemos recurrido al simple procedimiento de destacar en un post en FB, alguna de las normas que proponen derogar, que son aceptadas claramente por la mayoría de la ciudadanía, pero que ellos juegan con que nadie va saberlo, ya que en la hoja de las firmas, están los 135 artículos con una escritura microscópica en 6 renglones.

Lo que pensamos es que ese tipo de mensaje sea viralizado y que aquellos que tienen otras redes, los lleven allí. Ya ha pasado que lo que parecía inalcanzable se logra, por la desidia de los demócratas que consideran que no hay que dar batalla, cuando creemos que la democracia republicana liberal, debe ser defendida por todos y éste es uno de esos momentos en que con un pequeños esfuerzo, compartiendo lo que producimos, o mejor aún, darle una miradita a la hoja de las firmas (que se puede bajar fácilmente en google) y buscar en la LUC alguno de esos artículos, para hacer un post que se comparta ampliamente.

Ya ha sucedido que descansados en la creencia de que no se alcanzarán las firmas, nadie presenta pelea y sí las alcanzaron. El plebiscito de la Ley de Caducidad de 2009 fue una de ellas, que por suerte luego no alcanzaron los votos.

Es más que probable que si llegaran a juntar las firmas y se planteara un debate abierto tampoco alcanzarían los votos en esta ocasión, pero, además de ser un triunfo para ellos conseguir las firmas, al país le saldría una fortuna que, creo, nadie está de acuerdo en gastar.

Demostrémosle que cuando se trata de defender la democracia republicana liberal y, en especial, las decisiones de nuestros representantes, que son más del 62%, también podemos hacerlo con argumentos contundentes, que van a desanimar a muchos de firmar engañados”.

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