Luego de la discusión que tuvieron el presidente del sindicato de Ancap y el presidente Lacalle Pou, los comentarios han sido varios.
La grieta está presente también en los comentarios que se han realizado en medios de comunicación y en redes sociales.
Hay algunos que dicen que el presidente del sindicato estuvo muy bien y otros que se sienten orgullosos de las respuestas del presidente.
Lo cierto es que a nuestro entender hay dos hechos claros que quedaron en evidencia.
El primero es la falta de palabra de Lacalle Pou en cuanto se había comprometido con el sindicato de Ancap.
Algo que prometió antes de las elecciones claramente y que no cumplió.
Incluso el gremio le presentó una nota pidiéndole una reunión y esta nunca fue respondida.
Es cierto que el presidente habla con quien quiere y es el que maneja los tiempos políticos para hacerlo.
Pero la realidad indica que no cumplió una vez más su palabra pre electoral.
En cuanto al famoso horno que está en Paysandú desde la época de Sendic, debemos decir que es uno de los despilfarros más grandes de la historia de la política uruguaya.
El horno costó 54 millones de dólares y llegó para tirarlo a la intemperie sin hacer absolutamente nada.
Instalarlo, nos aseguran, cuesta algo más de 100 millones de dólares.
Y si a eso le sumamos que las pérdidas del Portland Ancap desde el año 2000 a la fecha ha tenido una pérdida global de 250 millones de dólares.
El estado del horno es de total abandono, nunca tuvo mantenimiento, ni se le encontró un lugar techado para que no se destruya como está pasando.
Mostramos una foto tomada hace menos de 48 horas para que nuestros lectores vean la realidad.
Lo lamentable de este desencuentro ante cámaras de televisión es que somos todos los uruguayos los que seguimos poniendo millones y millones de dólares sin que se encuentren soluciones definitivas.