En un gran lío se metió el jugador de Peñarol Cristian Olivera, que en la Asociación Uruguaya de fútbol no reconoció como suya una firma que se presume si se trata de la suya.
El documento es el convenio entre Defensor y Rentistas cuando el jugador pasó de los violetas a los bichos colorados.
En juego hay un millón de euros, cifra que Rentistas SAD debería pagarle a Defensor por su pase a Almería de España.
Defensor ya contrató un calígrafo experta, que va a actuar y dar su informe.
Seguramente la prueba dirá que efectivamente la firma es de Olivera, y entonces, veremos que dice el jugador.
Podemos presumir que alguien le ha dicho a Olivera que diga que no es su firma, para no tener que pagar esa cantidad de plata.
También el presidente de Rentistas negó que sea su firma.
Realmente, creemos que estamos ante una presunta maniobra, con el simple propósito de no cumplir con lo pactado en el documento.
Poco serio, y muy parecido a una mafia.