Más allá de su edad, “El Loco” Abreu debería darse cuenta que ya no está al nivel de un jugador profesional.
Es una pena que luego de una carrera tan larga y llena de satisfacciones deportivas, ahora de lástima verlo en la cancha.
Como él es el técnico se pone, incluso de titular, y quien lo observa en la cancha, no es más que un 10% de lo que fue como jugador en sus tiempos de jugador profesional.
Incluso, en lo que fue su mayor virtud, el juego aéreo.
Ya ni gana por arriba en el cabezazo, no puede levantarse y ganar como lo hizo siempre.
No tiene velocidad (nunca la tuvo), no puede ni siquiera molestar en la salida de los defensas rivales.
No le dan las piernas, esa es la realidad, seguramente su mente está intacta, y le auguramos una larga y exitosa carrera como entrenador hoy en Boston River, pero aquel jugador que nos llegó muchas veces a emocionar, ya fue.
Su enorme ego, su afán de protagonismo, lo llevan a seguir creyendo que puede seguir, pero la realidad es otra, y está dando pena verlo trotando despacito en la cancha en forma anodina.
Aquella frase de “Hay que saber retirarse a tiempo”, hoy a Abreu le viene como anillo al dedo, lamentablemente, su afán por batir records lo llevan directamente a dar lástima.