Que El Observador, que presume de ser una empresa periodística importante, se haya prestado a un enchastre tan burdo, nos parece muy extraño.
Alguien agendó a Gustavo Salle y al Diputado Vega para vacunarse.
Muy sencillo, solo conocer los datos personales de cada uno y realizar el pedido por los mecanismos normales.
Entonces El Observador publica con un tono de alarma que ambos están esperando la fecha, el lugar y la hora para vacunarse.
En el caso de Gustavo Salle, cualquiera con dos dedos de frente se daba cuenta que no podía ser por el discurso y las denuncias realizadas por el doctor Salle.
En cambio Vega ha ido para delante y para atrás de acuerdo a la vacuna que le pueda tocar.
Y El Observador, luego de armar una verdadera alarma pública que replicó en las redes sociales, incluso con insultos para ambos por haberse creído que era cierto, resolvió llamar a Salle a preguntarle si es cierto.
¿Qué es eso? ¿Sensacionalismo? ¿Amarillismo? ¿O simplemente burrada?
Nos preguntamos…
¿No habría que intentar confirmar con la fuente, en este caso ambos nombrados?
¿Y el daño que ocasiona la información?
Pero como se trata de El Observador, todo quedará en nada.