Muchas veces cuando nos pasan cosas desagradables, cuando una persona nos hace daño, decimos “algún día las pagará”.

No tengo dudas que lo que acá se hace, acá se paga.

Esta ha sido una mujer que siempre ha hecho daño, que se creía que las cosas buenas de la vida estaban de su lado. Creyó que en su momento podía basurear a quien por cosas de la vida,en ese entonces no estaba en uno de sus mejores momentos de su vida.

Vida

Mientras esa otra persona era querida por todos los demás, ella trataba de hacerle daño y siempre encontraba algo para no permitir que se sintiera bien.

Por años y gracias a Dios, no he tenido a esta persona frente a mí, aunque por cosas de la vida siempre sin quererlo, y sin tener el mínimo interés de saber de ella, por vínculos familiares he estado al tanto de lo que ha sido su vida, así como ella también sabía de mi vida a través de los familiares que tenemos en común. Hacía varios años que no la veía, por cosas de la vida nos volvimos a ver en el hospital militar cuando me avisaron que su hijo menor estaba internado sin posibilidades de seguir viviendo. Me llamaron por teléfono al mediodía, y a primeras horas de la tarde me encontraba allí junto a ella, frente a la cama de ese niño, el cual para mi no era desconocido porque por cosas de la vida habíamos compartido sus primeros años de vida. Ese día me fui y me dije a mi misma que no volvería porque me hacía mucho daño ver a esa criatura en el estado que estaba.

Él necesitaba un trasplante de médula, estaba completamente lúcido, pero ver su cuerpito era desgarrador. A día siguiente de haber estado ahí me avisan que había fallecido, me dolió que ese chiquito tuviera tan corta vida, pero sinceramente me acongojé pensando el dolor de esa madre, por mas mala que haya sido no es justo que tenga que conocer ese tremendo dolor, que por cosas de la vida el destino la estaba haciendo vivir. Lugo de eso no la volví a ver hasta hace doce años atrás en el sepelio de su papá, y ahora en el de su madre.

Cuando llegué al lugar saludé a sus hermanos, y en un asiento la veo a ella con la cabeza baja, sin nadie que la consolara. Sin dudar un segundo fui y la saludé, cuando levantó la vista pude notar la sorpresa que le causó verme, la vi tan sola, tan desamparada durante esas horas, sentí pena por ella, pero entendía el motivo por el que ni sus hermanos se acercaban a ella.

Así como no había sido una buena hija tampoco había sido una buena hermana, y en ese momento estaba recibiendo lo que en el correr de sus 51 años había sembrado.

El veinte de marzo hizo un año más que por cosas de la vida perdió a su hijo mayor, por dos veces vivió el dolor de la pérdida de un hijo. ¿En algún momento habrá hecho un balance de su vida, se habrá preguntado de qué le sirve ser tan soberbia, o acaso creyó que siendo tan malvada podría llegar a evitar que las cosas malas cruzaran por su lado y siguieran de largo?

No se si serán cuentas pendientes que la vida cada tanto le va cobrando. No es que piense que cada uno que pierde a un ser querido es porque tenga que pagar alguna deuda pendiente, sé que nadie está libre de los malos momentos que por cosas de la vida nos toca vivir. No debemos hacernos los poderosos, lo que todo lo podemos, muchas veces reírnos, criticar, hasta disfrutar cuando a otros les va mal, o cuando tienen que enfrentar difíciles situaciones de la vida. Esta vida en la que vivimos todos somos iguales, con nuestras diferencias, con nuestras debilidades, con nuestras virtudes y nuestros defectos, unos con unos pesos menos y otros con más, pero con el mismo final para todos.

Por cosas de la vida morimos y terminamos de la misma manera, ricos y pobres, blancos y negros.

Seamos más humanos ya que no cuesta dinero serlo, y vivamos en armonía con las personas que nos rodea día a día.

Hagamos que la vida de cada uno sea placentera, y la amargura que cada uno pueda tener, no sea motivo para no permitirle al otro que disfrute su día.

Tengamos muy presente que sentirse feliz es lo mejor que podemos hacer, y es algo mas que importante que forma parte las cosas de la vida.