Este muchacho que con plata demostró que los uruguayos votan cualquier cosa, que compró todo lo que pudo para que lo voten.
Una de las mayores comprobaciones que no vivimos en democracia electoral, ha sido la aparición de este mequetrefe con mucho dinero.
Varios dirigentes de cuarta categoría, que se ofrecían para ir con él, ahora ya no existen, se lo merecen sin dudas.
Los usó, les tiró unos pesitos, logró juntar los votos más caros del mundo, salió senador y listo, tarea cumplida.
En el senado es un adorno, no sabe nada, ni quiere entender, sus negocios por el mundo como presunto testaferro de su suegro y la mafia Rusa le ocupan mucho tiempo.
Ahora resulta que a raíz de la frase que pintaron en una dependencia policial “Hay orden de no aflojar”, hizo que a Sartori se le prendiera la lamparita y va a presentar un proyecto de ley para que esa frase pueda quedar en ese lugar sin violar la Constitución.
¿Alguien conoce algo más al santo botón que ese proyecto de ley?
Juancito debería presentar dos proyectos de ley para efectivizar sus propias promesas insolentes y mentirosas de su campaña electoral.
Un Proyecto de Ley para que se puedan lograr sus 100.000 puestos nuevos de trabajo como prometió que lograría si era presidente.
O bien podría ser un proyecto de ley para que los jubilados, todos, puedan tener una tarjeta de débito que podrían conseguir todos los medicamentos gratis en todas las farmacias del país.
Las dos más escandalosas promesas falsas que Juan, con su pinta de botarate hacía en el Palacio Peñarol, luego de pagar $ 40.000 pesos por ómnibus lleno que sus mercenarios colaboradores llevaban al evento.
Seguramente para las próximas elecciones, volverá nuevamente a ser candidato en las internas del Partido Nacional, llegarán varios millones de dólares de algún origen desconocido y volverán los hipócritas a rodearlo para comer unos meses.
Por eso, pedimos una reforma electoral inmediatamente, para poder eliminar las listas sábanas y elegir “a este sí y a este no”, y que aquellos que individualmente tienen más votos sean los electos.
Por lo menos que Juancito aprenda cuánto vale un boleto, o cuánto es la jubilación mínima, y que sepa la letra del himno del Partido Nacional, por ahora, una banca totalmente al santo botón desperdiciada con su presencia.
Y recordemos que Alain García ya se acomodó con un gran sueldo en dólares en un organismo internacional, están felices, engañaron a un pueblo.