Por cosas de la vida fue una niña que no tuvo la suerte de tener un buen papá. Tuvo contacto con ese padre hasta sus seis añitos, luego ella misma decidió no querer verlo por el resto de su vida, y así ha sido hasta el día de hoy que está cumpliendo sus 39 años de vida. Convivió con su padre hasta sus tres añitos, luego por cosas de la vida su mamá tomó la iniciativa de alejarse de ese hombre que no era nada bueno, y que lo único que lograba era sufrimiento para esa hija y su mamá.

Esa madre hacía lo que estaba a su alcance para que su hija mantuviera el vínculo con el padre, aunque era consciente que desgraciadamente por cosas de la vida se había equivocado en formar una familia con esa persona.

Cuando la relación de sus padres comenzó, su mamá tenía 17 años, y no había quien le dijera que ese muchacho no era para ella  ya que no tenía  buenas costumbres, a pesar que sus padres eran muy buenas personas.

Los mismos padres del joven le decían a su mamá que a su lado ella no sería muy feliz, pero como todos sabemos, cuando uno se enamora, muchas veces no escucha ni quiere ver lo que hay que ver, más aún cuando se es joven, dejamos los consejos de lado y solo vemos lo que queremos ver, luego el tiempo pasa, y cuando se empieza a vivir hechos desagradables el amor poco a poco se va apagando hasta que se apaga del todo, y es ahí cuando uno con mucho coraje toma la decisión de poner fin al matrimonio.

Sabemos que no siempre es así, muchos matrimonios no tienen el valor de separarse y siguen toda una vida pasándola mal, y soportando cualquier tipo de atrevimiento, y luego dicen que lo hacen por los hijos, algo que en lo personal lo veo como una excusa,  pero bueno, eso también es parte de las cosas de la vida.

Cuando esa  niña cumplió sus seis años, un día su mamá la sentó frente a ella y le habló sobre su papá, le contó entre lo que podía, teniendo en cuenta la edad de la niña, por qué ellas no vivían con su papá. Fue muy clara en sus dichos y le dijo que a pesar que él había sido un muy mal esposo y no un buen padre, igualmente ella debería verlo cada vez que quisiera porque era su padre.

Su mamá decidió hablarle porque él era un padre que decía vengo tal día a verte y podía pasar tres meses sin dar señal de vida, y luego venía a verla y la ilusionaba de promesas no cumplidas.

Todo eso la niña lo sentía, y su madre entendía que se había separado para evitar que las hiciera sufrir, pero igualmente de alguna forma seguía haciéndoles daños con sus mentiras.

A su mamá le dolió hablarle a su hijita de seis años sobre cosas no tan buenas de sus vidas, pero entendía que no era justo que él se la llevara y le contara una historia que no era la verdadera.

Ella entendía que a esa edad no era mucho lo que podía decirle, pero se lo dijo de la forma que se le puede decir a una niña de esa edad. Por cosas de la vida habían pasado dos meses y poco de la última vez que había visto a su padre, cuando una tarde golpeó su puerta para llevársela. La niña bajó para verlo y le dijo que no quería salir con él,  que ya no quería verlo más, él le preguntó porque no quería ir, que no había venido antes porque no había podido, y ella le respondió que no quería porque cuando él vivía con ella y con su mamá había sido muy malo, y ella ya no tenía ganas de estar con él. Su papá no entendió y culpó a su madre de no querer que él la vea, pero no fue así, lo que su mamá jamás hubiera querido era que su hija se criara lejos de su padre, pero en este caso para su hija era lo mejor, ya que por cosas de la vida se culpa por haberle dado un tal mal padre a su hija.

Su hijita le dijo “mamá, no dejes que él me lleve nunca más”, y así lo hizo.

Por cosas de la vida ese hombre se alejó para siempre de sus vidas, y luego con el tiempo perdió la patria potestad de su hija. Por cosas de la vida ella no tuvo a su padre biológico, pero sí tuvo a sus abuelos paternos que le dieron mucho amor mientras vivieron, y tiene una buena relación con sus tíos paternos. Como se dice “a los amigos podemos elegirlos, pero a la familia es la que nos toca”. Por cosas de la vida igualmente ella tuvo y tiene a un padre del corazón que ha estado con ella desde muy pequeña, y hoy, con sus 39 años sabe que cuenta con él cada vez que lo necesita. Es tan importante en la vida ver bien a quien elegimos como padre o madre para nuestros hijos, pero bueno, enamorarse y equivocarse es parte de las cosas de la vida.

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