Jorge Giordano siempre está, desde que los dirigentes echaron a Munua, dirigiendo los tricolores caminando en la cuerda floja.
Pero Giordano es más frío que los frezzer que trajeron para las vacunas.
Pero digamos las cosas por su nombre, nacional tiene muy poquito, y desde que se sacó medio cuadro por la indisciplina, se quedó sin recambio ninguno.
Bergessio luego de 11 partidos sin meter un gol, hizo dos, uno en cada partido y ya los periodistas volvieron a hablar loas del argentino.
Bergessio no corre, no tapa la salida siquiera, la toca dos veces en el partido y mientras siga convirtiendo, no pasa nada, tendremos que escuchar comentaristas diciendo que es un ídolo.
Tiene un mediocampista de apellido Martínez, que siendo un juvenil, se ha puesto el equipo al hombro.
Todos hablan maravillas de Gabriel Neves, que técnicamente es un volante mixto interesante, pero la estrella es Emiliano Martínez y tácticamente es Felipe Carballo.
Sergio Rochet hoy por hoy es el mejor golero uruguayo y Giordano le debe su permanencia y el lugar en la tabla.
Pablo García tiene todo, lo colocan fuera de puesto, y si le dan confianza, va a dar que hablar.
Renzo Orihuela, que no es de Nacional, tiene una velocidad y coberturas espectaculares.
Los demás…para actores de reparto.
Thiago Vecino tapado por Bergessio, Armando Méndez es espantoso, Oliveros cada día juega peor, Lores desconocido y fuera de puesto, Laborda ya no sabe ni él de qué juega, Corujo queriéndose afirmar entre lesión y lesión, Ocampo exuberante, veloz, pero sin culminar ninguna jugada.
Y finalmente debo retractarme, porque me reía que un ex jugador de 40 años podía venir a jugar a Nacional.
Pero viendo lo que hay, hoy por hoy, Andrés D’ Alessandro es Maradona y Messi juntos en este plantel.
Si en algún momento el argentino puedo jugar con Thiago Vecino, se aburren de hacer goles.
Incluso Bergessio, tendrá por fin, a alguien que le marque un pase, le haga un filtrado entre líneas.
Pero en el Uruguay, los entrenadores son tan malos en general, hay alguna excepción, que quizás D’Alessandro termina jugando de puntero derecho para utilizar su perfil cambiado.
