Hay costumbres en nuestra sociedad que son tan antiguas como la vida misma.
Y que se repiten generación tras generación, a veces para bien aunque también lamentablemente para mal.
Y es en estos casos donde se repiten costumbres que a nuestro juicio le hacen mal a la sociedad, es que no debemos dejarlas pasar desapercibidas y comentarlas para que se logre de una vez por todas desterrarlas y así intentar comenzar a logra una sociedad más justa y equitativa.
Y esto viene a colación porque como siempre ha sucedido y que se repite cada vez que se comienza un nuevo período de Gobierno, sea del partido que sea, en algunos casos más exagerado que en otros, y es el de ubicar en cargos públicos a aquellos ciudadanos que no han salido vencedores al postularse a algún cargo electivo.
Y es así que vemos como ex candidatos a Diputados, o a Senadores, y en otros casos ex Candidatos a Intendentes e incluso a Ediles, que no han sido apoyados por la gente que vota, que debido a quién sabe qué tipo de códigos, negociaciones e incluso pactos, son nombrados para estar en cargos públicos donde obviamente siguen actuando en política, preparando sus próximas participaciones en futuras elecciones y obviamente debemos suponer, aportando desde ese puesto, un monto para el Partido que los ubicó en ese lugar.
Quizás, si el puesto donde se los ubica, fuera acorde a su actividad, estudio y preparación y queda en claro que está capacitado para poder ejercerlo con eficiencia, ese acto de retribución partidaria y de entrega de una especie de premio consuelo, por el hecho de haber perdido una elección, no quedara tan mal visto y sería menos criticable.
A pesar de ser una acción y una forma de actuar que no compartimos, se toleraría que quienes tengan la debida probada experiencia y preparación puedan acceder por favores políticos a ciertos cargos dentro del enorme organigrama estatal.
Pero lo que es intolerable es que aquellos ex candidatos, que no recibieron apoyo por parte de la gente, que no salieron electos y que además se les premie con un cargo público con una remuneración elevada y para el cual no tienen la más mínima preparación o conocimiento.
Y esto ha venido sucediendo sistemáticamente desde tiempos inmemoriales, a veces en mayor o menor medida, pero desde que tenemos uso de razón, siempre ha habido algunos acomodos en cargos públicos que no tienen pies ni cabeza.
Pésima costumbre de que quienes no tienen ni apoyo popular y lo más importante experiencia, sean destinados a puestos donde el País se juega mucho.
En muchos lugares hay sobrados ejemplos de que al no saber cómo manejarse en ese puesto que les dieron, se han equivocado y lo que es peor, todos esos errores los pagamos todos los uruguayos.
Porque además de cobrar buen sueldo, si se equivocan, no se los echa y sus equivocaciones las pagan otros, así es fácil ser Director o Jefe. Si te equivocás, que paguen los otros.
Esta introducción, viene a colación por los recientes nombramientos de tres ex Candidatos a Diputado de nuestro Departamento, que obviamente no resultaron electos y en virtud de vaya saber qué acuerdo o compromiso, fueron recompensados con cargos dentro de la Administración Pública.
Con tanta fortuna que fueron nombrados dentro de Organismos Binacionales. Con remuneraciones más que elevadas, pero además sin tener que aportar impuestos que muchos de quienes aquí residimos sí debemos hacer.
Por ejemplo están exonerados del pago de IRPF, entre otros beneficios, como ser un automóvil con chofer, de cuyo sueldo tampoco deben hacerse cargo.
Pero lo que rechina y mucho es que en virtud de sus actividades personales y la tarea que realizan cotidianamente, no le vemos casi aptitudes en lo que experiencia se refiere para el cargo donde se los ubica.
Dos de esos Candidatos, son nombrados en CARU (Comisión Administradora del Río Uruguay) y con todo el respeto que me merecen ambos, ya que los considero personas de bien, creo que lo único que conocen del Río Uruguay, es su nombre, que pasa por nuestra ciudad y quizás alguna playa de nuestra ciudad y de algún departamento vecino.
Ahora, de la actividad fluvial de nuestro país, de los requerimientos de la misma, de los distintos Tratados Internacionales que rigen la misma, así como de tener algún Proyecto para mejorar esa actividad y generar progreso y trabajo, bien gracias.
Y es así como pasa en muchos Organismos Estatales, donde se otorgan Cargos como Premios Consuelo sin tener en cuenta si quien se nombra tiene al menos capacidades acordes para la tarea que realizará.
Y en muchos casos, esos favores para los amigos, dejan en claro, que cuestan carísimo a las Arcas del Estado.
Una costumbre antiquísima , que se había visto potenciada en los tres Gobiernos del Frente Amplio, porque colocaron a cada personaje en la actividad pública, que con todo respeto fueron impresentables en su Gestión, y como para muestra basta con un botón, con un nombre creo que se da una muestra clara de lo que afirmamos, Raúl Sendic.
Como decía Renato, el personaje de “El Contra” de Juan Carlos Calabró, – “Pedro, cerrá y vamos”.
No necesitamos decir cómo nos fue en ANCAP cuando este muchacho fue Presidente de ese Ente.
Pero volviendo al tema local, o de nuestro departamento, también tenemos un nombramiento como Presidente de la delegación Uruguaya de Salto Grande a un Doctor en Medicina, todo bien con este muchacho, que está catalogado y lo consideramos buena gente, ahora en cuanto a idoneidad técnica para ese puesto, difícil, muy difícil.
Sin dudas, hay que comenzar por cambiar una costumbre que es decididamente mala para nuestros intereses, y empezar a nombrar en los lugares estratégicos e importantes, a personal idóneo o preparado.
Porque de seguir con esta pésima costumbre, el futuro es complicado y sin ninguna posibilidad de mejora y crecimiento.
Basta de premios consuelo.
Quien asuma un cargo que por lo menos tenga alguna idoneidad para el mismo.
Es lo mínimo que esperamos…