La senadora Graciela Bianchi hace mucho tiempo que da muestras de un presunto desequilibrio psíquico, que sin duda pone en duda su capacidad mental para ocupar un cargo en el Senado de la República.
Incluso es la tercera en la línea de mando detrás de Lacalle Pou y Beatriz Argimón.
Seguramente, hay personas, que el poder la ciega y creen que llegaron a la cima, que están por encima de todos, es el caso de la señora Bianchi.
Incontinencia verbal, impunidad total, no le importa nada, se siente totalmente intocable.
Puede decir cualquier barbaridad que nadie le puede llamar la atención, con sus fueros está segura y su jefe, el presidente, con su actitud de no intervenir, le da mucho más vuelo.
Hace pocos días, livianamente escribió en su asquerosa cuenta de twitter, que yo la había extorsionado.
Así nomás, alegremente, solo porque había anunciado en mi cuenta que la estábamos investigando y pronto publicaremos algo relacionado a ella y su hijo.
Cuando lo publicamos, fue la contratación de su hijo escribano por parte del Congreso de Intendentes sin ningún tipo de protocolo que el dedazo limpio.
Para defenderse dijo que yo había publicado el adelanto de la noticia para extorsionar, pero ella tan impoluta no entró en la extorsión de mi parte.
Solo una enferma mental a mi criterio puede presumir una extorsión o sentirse extorsionada por un anunció de un medio de comunicación de una investigación que va a ser publicada.
Seguramente no tiene idea lo que se llama crear expectativas de venta para un medio de comunicación.
Y ahora nuevamente vuelve a abrir la boca a decir disparatados conceptos, que pone en tela de juicio al Poder Judicial.
“El Poder Judicial está infiltrado y eso motiva que no haya más frenteamplistas en cana” dijo en una entrevista de un semanario.
Es algo tan delicado, una denuncia que pone en tela de juicio al propio sistema judicial y su moral.
No quiero pensar que decir semejante disparate, sin pruebas, sin nombres, sin denunciar lo que ella pueda saber, no tiene ninguna consecuencia.
No me imagino a Lacalle Pou permitir semejante atropello a la democracia y la presunta independencia del Poder Judicial.
No imagino a los integrantes del Poder Judicial calladitos la boca mirando para otro lado.
¿Será tanto el poder de esta señora que todo el mundo está boca abajo?
Creo, sin temor a equivocarme, que superó el límite, que se pasó de la raya, que alguien debería detenerla y hacerla bajar a tierra.
La palabra la tiene el presidente Lacalle Pou, espero que no mire para otro lado.