Esto es un disparate, vergonzoso, se parece mucho a corrupción. Que el Ministerio de Turismo contrate carteles en Curitiba y Florianópolis es demencial, que se gasten 132.000 dólares, más lo que se lleva la agencia de publicidad, ¿es algo que se puede presumir como un delito?

¿Cuántos brasileños pueden ver un cartel de publicidad en Brasil, y salir corriendo a la agencia de viajes a comprar un pasaje al Uruguay?

Hace mucho que se hacen estas contrataciones disparatadas, que son imposibles de conocer si tuvieron un retorno.

Hay una falta de consideración que sigue asombrando.

Mientras tanto, Remo Monzeglio firma confiado una resolución,  en que su equipo de marketing lo está asesorando bien.

Vamos a solicitar un pedido de información, para ampliar todo lo que a contratado en el exterior este Ministerio.

Si amerita, no vamos a dudar en presentar denuncia penal en fiscalía.

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