Seguramente ya está resuelto que Diego Forlán no sea más el técnico de Peñarol luego de la derrota en el Campeón del Siglo de Montevideo Wanderers por 2 a 0.

Lo hemos dicho en varias oportunidades, desde el inicio de este invento de poner a Forlán a debutar en Peñarol como entrenador, no sabe nada, no tiene experiencia y lo que es aún peor, no tiene carisma y no hay química con los jugadores.

Si cuando era jugador tampoco se integraba al plantel, era como un ser superior con respecto a sus compañeros, ahora como técnico, sigue esa desconexión total.

Peñarol no juega a nada, no entrena jugadas, no entrena defensa, no hay estrategias atacantes.

Porque Forlán no tiene experiencia como entrenador, vino a Peñarol por su nombre y su trayectoria como jugador, rodeado de su familia y su amigo preparador físico, hablando lindo, prometiendo  un equipo moderno, y lo que ha mostrado es nada de nada. Once muchachos corriendo individualmente detrás de la pelota.

Ustedes dirán que los que juegan son los jugadores y no Forlán, y es verdad, pero el entrenador manda y ordena un esquema de juego, pone disciplina en un plantel.

El entrenador debe tener carácter y personalidad, dos cosas que brillan por su ausencia en Forlán.

En este último partido formó un equipo mediocre, dejando en forma poco creíble al mejor y único jugador que desequilibra como lo es el juvenil Pellistri.

Insistió con el español Xisco, que ya no da para más, es un paquete que se vino a hacer la América el Uruguay.

Vino como goleador y no le hace un gol ni al arco Iris, lento, viejo, sin garra.

Hasta el golero que era un infierno atacando se le caen las pelotas de la mano.

Y miren que la mayoría de los jugadores los trajo Forlán, los eligió Forlán.

El entrenador Ramos agarró a un Danubio espantoso, y ya ganó los dos primeros partidos.

Es que Ramos sabe a lo que juegan sus equipos y tiene don de mando, sus jugadores creen en su trabajo y rinden.

Esa es la diferencia de un entrenador y otro.

Forlán forma mal el equipo, hace mal los cambios, no muestra a que quiere jugar, es un cuadro de barrio Peñarol.

No tengo la menor duda que el presidente de Peñarol Jorge Barrera ya tiene resuelto la salida de Forlán, y la duda será si lo dirige los próximos tres partidos del Apertura o se va en unas horas.

Deberían despedirlo ya y no equivocarse en el entrenador que lo sustituya.

Así puede trabajar para el próximo campeonato con un poco más de tiempo y estos tres partidos le sirven para formar su equipo con este plantel.

Peñarol tiene buenos jugadores, hay gente de muy buen juego, pero no hay un equipo, reitero, no se juega a nada, solo impulsos personales y pelotazos al área.

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