Quienes tenemos el privilegio de recorrer permanentemente el país, poder conocer la realidad social y comercial de los uruguayos, podemos analizar y opinar con absoluta propiedad sobre lo que está ocurriendo en materia socio económica en el Uruguay.
Un gobierno rico, sin tensiones, sin apremios, con créditos, con una economía en pandemia pero en crecimiento.
Un pueblo pobre y depresivo, con una franja de ciudadanos que estaban bastante bien, llegando a fin de mes, que se fueron al fondo del pozo.
Esa es en síntesis de la realidad que vivimos hoy los uruguayos.
El gobierno apostó a la economía, a que “no se apaguen los motores de la economía” y lo está logrando con éxito.
Pero, tristemente, los indicadores sociales y laborales dicen todo lo contrario para los trabajadores y empresarios.
Para miles de comerciantes que debieron cerrar sus puertas, la situación es estar atrapados y sin salida.
Miles cerraron endeudados, sin posibilidades de pagar lo que quedaron debiendo por todo concepto.
La desocupación ya es un mal permanente, ya muchos ni siquiera buscan, saben que no hay trabajo.
Gente especializada, técnicos, que no encuentran trabajo, y cuando lo encuentran, ven que es muy mal pago para sus conocimientos.
Los pequeños y medianos comerciantes han sido aniquilados.
Las empresas de productores rurales chicas, están fuera del circuito legal, han cerrado empresas rurales como nunca pasó en la historia.
Este próximo semestre en material laboral será catastrófico, no hay posibilidades de un repunte.
La ministra, el director de la OPP, el propio presidente, no lo dicen, están muy conformes con la marcha de la economía.
Uruguay apostó a eso, a mantener vagos, alimentar zánganos en busca de una aprobación social.
Y soltarles la mano a los pequeños y medianos emprendedores, los que han luchado toda su vida; para ellos, no hay una mano tendida.
Y no hay posibilidades de cambios importantes, la apuesta es mucho más allá de una pandemia, es un modelo económico que ya hemos sufrido los trabajadores uruguayos, y parece ser que no habrá cambios.
Con vacuna o sin vacuna, ya nos vacunaron.