Por Profesor Rafael Suárez.-
El Ministerio de Salud Pública mantiene un silencio sideral ante el récord de fallecidos de los años 2021 y 2022. ¿Hasta cuándo?
En la jornada del martes 30 de julio el director de El Bocón, Jorge Bonica, fue el invitado central del programa Rock en la Resistencia, conducido por Walter Ferrero y por Verónica García, con la participación especial de Eduardo Acevedo y de mi persona, Rafael Suárez. Allí, gracias a la gentileza de Bonica, surgió la posibilidad de poder redactar este artículo a los efectos de brindar información alternativa al relato oficial conocido durante la pandemia y que permanece vigente hasta el día de hoy.
En lo personal, poder escribir esta columna me llena de alegría ya que es evidente que los lectores de este medio de comunicación son de paladar fino y de perspectiva aguda a la hora de interpretar la realidad nacional e internacional. Ante un público que comprende otras variables de información la exigencia aumenta y eso reconforta.
Habiendo agradecido y aclarado aspectos que considero medulares, pretendo brindar información oficial sobre el exceso de fallecidos en Uruguay, ante un silencio incómodo y cómplice por parte de las autoridades sanitarias y de los grandes medios de comunicación.
Récord de fallecidos en Uruguay
Entre el 2021 y el 2022 el Uruguay tuvo estadísticamente 15 mil muertos de más. Es como que una bomba cayera en un Antel Arena desbordado de gente. El silencio por parte de las autoridades fue mayúsculo y así pretende permanecer, al menos las señales brindadas así lo indican.
En el 2021 batimos el récord de fallecidos totales en Uruguay. En total 41.168 uruguayos perdieron la vida. Un año después, según la información publicada por el MSP, hubo un total de 39.318 muertos. Es importante comparar con la cantidad de decesos que hubo en el 2020, año que comenzó la emergencia sanitaria. La cifra de fallecidos fue de 32.343. El salto en la cantidad de fallecidos fue descomunal, como nunca antes en nuestra historia. Ni siquiera cuando se instaló en nuestro país la llamada “gripe española” se vivió un incremento promedial tan elevado de muertes.
En el 2021 respecto al 2020 hubo un crecimiento del 27 % de muertos en nuestro país mientras que en el 2022 el aumento fue del 21.4 %.
Es claro que entre el 2021 y el 2022 hubo un sacudón estadístico brutal de personas que dejaron de existir en nuestro país. Algunos podrán argumentar que las causas de esas muertes fueron por Covid-19. Sin embargo los datos dan otras respuestas y generan más interrogantes.
Es cierto que la cifra de muertes por Covid-19 es importante en la consideración de los números totales, pero el dato más curioso es que en la medida que las muertes por dicha causa disminuían, en paralelo aumentaban los fallecidos por paro cardíaco, neumonías y muertes sin explicación.
Y es en este punto donde el silencio sepulcral del MSP se torna extremadamente grave. ¿Cuándo va a explicar el aumento de esas causas de muerte en Uruguay?
Comencemos el breve ejercicio de desgranar la información para dimensionarla correctamente. Los lectores de este medio que, como dije, son perspicaces y agudos, comprenderán que el silencio de las autoridades sanitarias es de gravedad extrema.
Aumento de Muertes Inexplicables
Como podemos ver en la gráfica las muertes inexplicables han tenido un aumento constante entre el 2020 y el 2022 y han superado notoriamente a los fallecidos por Covid. De hecho, como pueden apreciar, en la medida que bajaron drásticamente las muertes por Covid en el 2022 (1.898) las muertes sin explicación (se desconoce la causa) crecieron a un total de 5.295.
Es decir, el aumento entre los años 2020 y 2022 fue superior al 46 %.
Sin embargo hay otro dato que es furiosamente preocupante. Dentro de las denominadas muertes inexplicables existe un subgrupo codificado como R961 por parte del MSP. Allí se agrupan las muertes inexplicables ocurridas en menos de 24 horas de aparecidos los síntomas.
Tomando en cuenta únicamente las cifras de ese subgrupo en el 2020 murieron 2.036 uruguayos de forma misteriosa, 3.095 en el 2021 y en el 2022 un total de 3.764, lo que implica un crecimiento del 84 % si comparamos las cifras del 2022 con las del 2020. Reiteremos la cifra para cobrar consciencia de su importancia: 84 % de aumento de las muertes sin explicación ocurridas dentro de las 24 horas de aparecidos los síntomas.
Para Giselle Tomasso, directora de la Unidad de Investigación Clínica y Epidemiológica de Montevideo, en declaraciones al diario El Observador, afirmó que «es inadmisible que Uruguay tenga estas cifras de muertes inexplicables, y es incomprensible que los periodistas se preocupen más por estos temas que los ministros de Salud o los propios médicos».
No podemos estar más de acuerdo con la especialista. ¿El MSP no piensa explicar estas cifras?
Aumento de muertes por Paro Cardíaco
Dentro de las enfermedades del sistema circulatorio uno de los subgrupos que más aumento tuvo en cantidad de fallecidos fue el de los paros cardíacos.
La gráfica es implacable. En el 2020 murieron 601 uruguayos por este motivo, en el 2021 fueron 907, lo que representa un incremento del 51 %. Mientras tanto en el 2022, habiendo menos fallecidos totales que en el 2021, murieron por paro cardíaco 1.060 compatriotas, lo que implica un aumento del 76 % respecto al 2020. ¿Y dónde están las explicaciones del Ministerio de Salud Pública y de los expertos?
En 2019, en Uruguay, se produjeron 13,7 muertes por paros cardíacos cada 100.000 habitantes. En el 2022 se elevó a 31,7 cada 100.000. Dato aterrador si los hay.
“La razón por la que vienen aumentando los registros de muertes por paro no la sabemos y nos preocupa, sobre todo nos preocupa porque al ser muertes súbitas se desconoce la causa detrás para poder tratar”, reconoció al diario El Observador el 20 de octubre del 2023 el presidente de la Comisión Honoraria de la Salud Cardiovascular, el cardiólogo Víctor Dayan.
Estamos en presencia de un aumento excesivo de una causa de muerte y de la cual se desconocen los motivos según los expertos. Mientras tanto el MSP juega a la escondida a la hora de explicar estas cifras.
Otra de las causas de muerte que más creció son las enfermedades respiratorias y dentro de ellos se percibe un aumento de muertes en un subgrupo específico: Neumonía. Al comparar el 2022 con el 2020 el crecimiento es del 40 %. Y no sabemos por qué.
A modo de cierre…
¿Cuáles fueron las variables que se introdujeron en estos años que podrían explicar estos aumentos descomunales y que batieron todos los récords?
Las dos principales variables que surgieron entre el 2021 y el 2022 fueron dos. En primer lugar las vacunas que como dijo nuestro presidente era experimentales y de las cuales, hasta el día de hoy, se desconocen los efectos de largo plazo de las mismas (recordemos que este año, por ejemplo, la vacuna Astrazeneca debió retirarse del mercado porque provocaba cuadros trombóticos). La otra variable importante tiene que ver con un decaimiento en la atención primaria de salud debido a la pandemia. Muchos análisis médicos se postergaron al igual que cirugías. También recordemos que se priorizó la atención telefónica a la presencial, entre otros factores.
Ahora bien, ¿Quiénes son los responsables de investigar si ambas variables, o una u otra, o las dos, incidieron en el récord de fallecidos en Uruguay? ¿La población, los periodistas, o el MSP? Sin dudas este último. La pregunta que debemos formular es por qué no lo ha realizado aún y hasta cuándo piensa mantener silencio sobre este aumento tan drástico.
De hecho, el propio Rafael Radi, el primer científico uruguayo en ingresar a la Academia de Ciencias de Estados Unidos, reconoció en una exposición realizada el 28 de octubre del 2022 que «si hay exceso de muertes el ministerio tiene que estudiar por qué y explicar. Para eso están los técnicos del ministerio».
En noviembre del año pasado tuve la oportunidad de reunirme, junto a otras tres personas, con la ministra Karina Rando. Allí le planteamos nuestras inquietudes y ella nos manifestó que estos datos merecían ser “contextualizados” por la relevancia de los mismos y se comprometió a hallar explicaciones. Sin embargo, ya en agosto del 2024, las explicaciones continúan sin aparecer, ocultas para los ciudadanos de nuestro país. ¿Cómo es posible que las autoridades sanitarias que nos representan, o al menos que ese es el sentido de su existencia, no expliquen lo que está sucediendo con nuestra salud y la de nuestros seres queridos?
Realmente nos lleva a cuestionarnos si existe una intencionalidad ante tanto silencio.
¿Por qué no se investiga? ¿Por qué no se informa? ¿Por qué no se explica? ¿Por qué el MSP no está cumpliendo su principal cometido?