Por Eduardo Rodríguez.-
Desde Paysandú.-
El sábado 30 de enero de 2021 se iniciaron las visitas guiadas a la Estancia “Buen Retiro”, donde se asienta el Castillo Morató. Con ello el departamento de Paysandú ganó un atractivo turístico. Desde hace muchos años se han levantado voces representativas de diversos sectores de la sociedad reclamando esa incorporación, que hasta el momento se entendía imposible.
Antes no, ahora si
Las actuales autoridades nacionales y departamentales tienen el mérito de haber destrabado una situación que hasta hace poco parecía totalmente inviable, en tanto los propietarios del inmueble habían resuelto no habilitar el ingreso de terceros. Cuentan que en los últimos años existieron varios acercamientos en procura de conseguir la explotación con fines turísticos de la fracción de la estancia donde se encuentra en castillo pero las respuestas siempre fueron negativas.
Quienes manejan alguna información respecto al asunto reconocen el llamativo cambio de opinión, sin dejar de reconocer que nos referimos a un bien privado del cual sus legítimos propietarios pueden disponer a su antojo. Para algunos la apertura se explica por las gestiones realizadas por el subsecretario del Ministerio de Turismo, Remo Monzeglio. Otros señalan que la llegada de visitantes al castillo se instrumentará de una forma tal que podría implicar un negocio interesante. Además, en la medida que el destino logre posicionamiento, sería lógico esperar que el Estado ayude mejorando servicios e infraestructura, por ejemplo invirtiendo en el camino que lleva a la estancia o, quizás, se pueda conseguir aliviar alguna carga impositiva.
Los dueños de la estancia, Alfredo y Antonio Morató, dicen que se trata de “una oportunidad para mostrarle a la gente nuestro patrimonio familiar. El castillo forma parte de la historia del Uruguay”.
EL ROL DE LA INTENDENCIA
Para promocionar el nuevo producto la Intendencia organizó una jornada de sensibilización a la que convocó a periodistas de medios montevideanos, provocando la molestia de varios locatarios que quedaron esperando la invitación. La jornada se cumplió el sábado 23 de enero y estuvo encabezada por el intendente Nicolás Olivera que esgrimió algunos argumentos para defender el nuevo destino. “Es una construcción fastuosa, pomposa, en el medio de la nada. La historia es interesante no solamente por cómo se construyó sino también porque esas tierras pertenecieron al expresidente de Uruguay, Fructuoso Rivera, y el lugar tiene construcciones misioneras, previas a la fundación de Montevideo y de Colonia del Sacramento”, sostuvo el jerarca. Habrá que ver si eso basta para convocar.
TURISMO SELECTO
Quienes deseen visitar el castillo deben agendarse previamente en Termas de Almirón, en una acción del Estado en apoyo al emprendimiento privado que para algunos debe ser explicada, lo mismo que todo el despliegue generado en torno a la apertura de la añeja construcción. Claramente la comuna no muestra un rol tan activo para difundir otras propuestas sanduceras. El costo del viaje es de 1.800 pesos por persona e incluye traslado desde Termas de Almirón hasta el castillo, el acompañamiento del guía turístico y la entrada. Opcionalmente se ofrece una merienda por valor de 750 pesos. El valor establecido para el servicio generó un rechazo generalizado de la población y seguramente como reacción algunos días después apareció una gráfica, también en las redes sociales de la Intendencia, informando que desde marzo, todos los lunes, escolares y liceales visitarán el edificio sin costo al tiempo que anuncian nuevos otros paseos con otros precios. Claramente esas variantes no estaban diseñadas cuando se concretó la movida de prensa.
En nota publicada por “EL TELÉGRAFO” el 20 de setiembre de 2020, Remo Monzeglio manejó como “probable que se comience con un emprendimiento turístico selecto, para 8 turistas” y estimó que: “este edificio atraerá a turistas de alto nivel adquisitivo”.
PIEDRA Y CAMINO
La historia dirá si los selectos se sienten motivados a recorrer tantos kilómetros para llegar al castillo, siendo que un tramo considerable de esa distancia es un camino de piedra que castiga por igual a los viajeros, sin distinguir clases sociales. Y es que también, objetivamente, el factor distancia y las condiciones del camino podrían ser determinantes para la suerte del emprendimiento. El Castillo Morató se encuentra a unos 110 kilómetros de Termas de Almirón y, según los baqueanos, aproximadamente un tercio del trazado es de piedras y, por lo tanto, es prudente marchar a velocidad media o baja. Los conocedores dudan que el paseo se haga en dos horas, ida y vuelta desde Termas de Almirón, tal como promociona la Intendencia. Ese tiempo es necesario sólo para llegar. Algunos memoriosos recuerdan que cerca de allí existió un emprendimiento también pensado para selectos pero tuvo muy corta vida, básicamente por la distancia que separa aquella zona del extremo noreste del suelo sanducero con las ciudades de la región.
EL PRECIO DE LA FAMA
El despliegue comunicacional desarrollado por la Intendencia para impulsar los viajes a “Buen Retiro” en medios de proyección nacional resultó muy llamativo. En los últimos días trascendió que esa exposición resulta de la gestión de prensa y marketing que desarrolla una agenda de publicidad montevideana contratada por la Intendencia de Paysandú específicamente para ese cometido. Según algunas fuentes muy bien informadas la empresa sería la misma que se trabajó para el posicionamiento de una primera figura del Partido Nacional. Algunos ediles opositores evalúan la posibilidad de solicitar informes para conocer cuánto aportaremos para impulsar el emprendimiento.
LA HISTORIA
La construcción del castillo se inició a principio del siglo XX y se concluyó en 1916. Cuentan que el edificio tiene detalles que lo distinguen y que son representativos del gusto más refinado de la Europa de inicios del siglo pasado. El 30 de diciembre de 2020 la Junta Departamental de Paysandú declaró como bien de interés patrimonial “al casco y el entorno de la Estancia “Buen Retiro”.
No queda explícitamente claro que implica la distinción, en el decreto sólo aparece la mención genérica que el lugar debe “preservarse y difundirse como corresponde”.