Sin dudas que los impuestos son rechazables, pero de todos los impuestos que los gobiernos uruguayos han impuesto, sin dudas el que más se rechaza es el impuesto a las jubilaciones.

Casi diría que debería ser inconstitucional que a alguien que trabaja casi toda su vida, que las reglas de juego cuando comienza a aportar son claras; que luego por la necesidad de recaudar de los gobiernos de turno, no tienen el más mínimo pudor en imponer un impuesto a las jubilaciones.

El argumento no solo fue la necesidad de recaudar, sino que también mencionaron que eran jubilaciones muy altas.

Vida

¿Quiénes votaron ese tipo de jubilaciones tan altas? Sin dudas que no fue el jubilado, sino que lo hicieron los propios legisladores.

Hace mucho tiempo que ningún legislador propone aumentar dignamente las jubilaciones mínimas, las pensiones, o la pensión a la vejez.

Todos saben que están sumergidas, pero nadie ni siquiera coloca este tema en la agenda política.

Hemos tenido aumentos de jubilaciones de ridículos $ 260 pesos, y a nadie se le cae la cara de vergüenza.

Ocurre que mucha gente que tiene la edad para jubilarse y los años de aportes, pero si se encuentran bien de salud no quieren hacerlo, ya que si lo hacen, serían ellos mismos que se condenen a las penurias y las necesidades.

Hay muchas variantes financieras que bien podrían ser de utilidad para disponer de dinero para aumentar las jubilaciones mínimas, pero no hay voluntad política para que eso ocurra.

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