El candidato a presidente del Partido Nacional Álvaro Delgado (¿es veterinario?), tiene una estancia en el departamento de Lavalleja, que hace relativamente poco tiempo ocupa.
Recordemos que durante muchos años, fue Colono a dedo, es decir, utilizando sus influencias para lograrlo.
Luego se supo, y quedó al descubierto la inmoralidad, que hasta resolvió entregar la estancia de todos los uruguayos que le sacó mucho jugo comercial durante años, sin dudas, inmerecidamente.
Ahora aparece con una extensión importante de campo en el departamento de Lavalleja, cercano al departamento de Florida.
Le consulté a Delgado sobre la compra de esa estancia y el origen del dinero. me dijo que no compró, que es arrendado el campo y que es «un emprendimiento familiar».
Yo no le creí, han sido tantas las mentiras que descubrimos de este tipo de personajes, que sinceramente su palabra, no me alcanza.
Nos aseguran que también en base a sus influencias se vieron maquinarias del Estado trabajando en su campo, en mejoras de caminos y otras yerbas.
Ahora vamos a ir por la información real, como periodistas, vamos a solicitarle al candidato a presidente, que nos muestre la documentación del arrendamiento, quienes son sus socios, etc.
Sin duda que usted amigo lector, estará pensando que no tiene obligación de hacer público este detalle patrimonial ¿verdad?.
Usted sí lo está pensando, tiene razón, es cuestión de honestidad y transparencia que lo haga, pero no es legalmente obligatorio.
Solo que si alguien pretende ser el presidente de un país, debería mostrar todo, su presente y su pasado con más razón.
También me imagino, que algún despistado ya estará respondiendo a esta nota, diciendo si yo le pregunte a Orsi algo similar.
Me da mucha risa, pero siempre aparecen los idiotas, que lamentablemente hay muchos, y con sus votos resuelven quién gana una elección presidencial.
Hace pocos días, estaba con un político profesional del Partido Nacional y me dijo que si yo supiera con que plata Lacalle Herrera compró su estancia…
Y que todos salen del parlamento o del gobierno, siendo estancieros.
¿Está bueno no?