Por Dr. Gastón Pesce.-

En el correr del año 2003, verdaderamente harto de formular una veintena de fundadas denuncias sistemáticamente desatendidas por las autoridades penales, opté por presentar una nota de queja en la Fiscalía Letrada Departamental de Paysandú.

La misma nunca jamás tuvo respuesta y, encontrándonos cierta vez con el Dr. Leonardo Guzmán en Salto, por aquel entonces (cuando presentamos nuestra nota) Ministro del cual dependía entonces el ministerio público y fiscal nos dijo que la misma jamás había llegado a su conocimiento, reclamándonos la copia que tiempo después encontramos, debidamente sellada, con constancia de recibo, en nuestro estudio.

Una década después, recontra hartos de la falta de la debida respuesta, pronta y efectiva (art. 11 CGP) de las autoridades penales a otra treintena de fundadas y graves denuncias, optamos por formular fundada denuncia por omisión en proceder (art. 177 del Código Penal), a esta altura contumacial (art. 164 del mismo Código), contra las Fiscalías letradas departamentales de Paysandú y Salto.

Y de nuevo, nada…

Pero la interminable retahíla de insatisfacciones siguió hasta hoy…, sin solución de continuidad.

Entre los casos denunciados figuran delitos tales como homicidios culposos o, cuando menos, ocurridos por omisión de asistencia de la autoridad, numerosas falsificaciones ideológicas de documentos públicos por parte de funcionarios públicos, destrucción de documentos públicos por funcionarios públicos, narcotráfico presuntamente prohijado por las autoridades policiales con la connivencia pasiva de la autoridad judicial, tentativa de tráfico de bebés en el ámbito público, incontables abusos innominados de funciones y otras tantas omisiones en proceder que se han vuelto con el tiempo contumaciales, otros tantos incontables hurtos, apropiaciones indebidas, estafas y hasta torturas y nunca nada, absolutamente nada.

Todo lo tengo debidamente documentado y con los respectivos números de expediente.

Voy por cuarenta años de Abogado y tengo una veintena de casos publicados.  Actué en política y me hubiera gustado ejercer la docencia, pero no pudo ser.  Algo escribí.

Más recientemente he colaborado con colegas jóvenes que me honran al acudir a mí para que les ayude en casos tales como el de otro colega abogado que, tras apropiarse del documento que consignaba el monto adeudado por una indemnización que nunca llegó a manos de sus destinatarios, le hizo firmar a uno de ellos, analfabeto, un testamento a su favor, autorizado por el propio escribano socio de su estudio, el desalojo exprés de un condómino que quedó en la calle cuando su hermana y cuñado le cambiaron la cerradura de la vivienda que entre los tres compartían, el vaciamiento previamente orquestado del ajuar y muebles de la casa de un amigo mientras el mismo agonizaba por un cáncer terminal y, en el mismo día que esto escribo, el envío a prisión de un hombre joven, de 26 años, sin antecedentes por defenderse con un machete tras haber sido abofeteado y recibido puntapiés por un vecino a quien su familia venía denunciando por agresiones de todo tipo desde abril del pasado año 2021 (unas cuatro denuncias policiales en la Seccional del domicilio de ambos y dos en la Fiscalía), mientras, al parecer, portando un cuchillo arremetió contra el muy probable condenado mientras éste tenía a su pequeña hija de tres años en su regazo, EN UN CASO DONDE LOS “FORMALIZADOS”, COMO SE INVENTÓ DECIR AHORA, DEBIERAN HABER SIDO TODOS LOS FUNCIONARIOS RESPONSABLES DEL HECHO DEL MINISTERIO PÚBLICO POR UNA ENÉSIMA E INTOLERABLE OMISIÓN DELICTUAL EN PROCEDER DE UNA MANERA PRONTA Y EFECTIVA PARA PREVENIR UN DAÑO ANUNCIADO A GRITOS DESESPERADOS.

Hace unas semanas atrás decidimos enviar una carta al Fiscal General de la Nación.

Antes, una gentil colega nos proporcionó un número de teléfono desde el cual, según ella, un funcionario atento nos escuchaba con atención y nos atendía muy bien.

Intentamos comunicarnos con el mismo y, tras lograrlo, nos dio una dirección de correo.

itir la nota con copia para diversas instituciones tales como el Parlamento, la Oficina del Comisionado Parlamentario, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos y algunos destinatarios más, seleccionados como testigos calificados de nuestra comunicación, la misma nos fue rechazada.

Tras ello, volvimos a llamar a Fiscalía, pero esta vez nos proporcionaron otro número telefónico, al parecer, “directo” de la Fiscalía, pero desistimos, al darnos cuenta que ya volvíamos a ser objeto, otra vez, del inevitable “peloteo” a cargo de funcionarios a quienes no les importa nada de nada, más que cobrar el sueldo y trabajar lo menos posible, regla general de este descaecido país.

Acá primero se entregó la Educación, luego los gremios, y finalmente la Fiscalía y el Poder Judicial todo, enemigo de la Justicia.

Mientras tanto, el presidente, al parecer, acomodando amigos y muy pero muy lejos de la obligada revisión de los desastrosos quince años que le precedieron, gracias a los cuales ganó las elecciones por una diferencia mínima (del costo en votos de la banca de un diputado) y la vice despilfarrando recursos completamente al cuete, de vacaciones en un aguerrido país devastado por la guerra y, todos a una, endeudando al país y aumentando por igual las cargas de los sufridos contribuyentes.

Mayor irresponsabilidad e incapacidad dañosa imposible concebir

 

¡BASTA YA, señores, BASTA YA, por favor! 

 

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