En forma poco creíble, Ignacio “Nacho” Ruglio, hizo una gran maniobra pocas horas antes de las elecciones en Peñarol.

Pocas horas antes de la elección despidió en forma poco creíble a Darío Rodríguez de su cargo de técnico.

Y anunció con bombos y platillos que si ganaba la elección ya tenía arreglado con Marcelo Broli como nuevo técnico de Peñarol.

Incluso llegó a decir, que el lunes mismo iba a asumir.

Sin duda que Broli era un entrenador muy querido por los socios aurinegros, lo que pudo ocasionar muchos votos a favor de Ruglio.

El candidato de su máximo rival electoral, Evaristo González, era Diego Aguirre.

Finalmente, ganó la elección Ruglio y será el presidente de Peñarol por tres años más.

Pero el lunes de Broli nunca llegó, dice que las cifras que solicitó Broli son demasiado altas (65.000 dólares por mes), y finalmente acaba de concretar a Diego Aguirre como el nuevo entrenador.

Ruglio mintió descaradamente, engañó a sus votantes en forma poco creíble.

Y para colmo, termina contratando al entrenador de su rival.

Un chanta, una maniobra desleal, sacrificó a Darío Rodríguez, un hombre de la casa, un caballero, utilizó el nombre de Broli, cuando aún ni siquiera había hablado de cifras con el entrenador campeón del mundo.

Y termina contratando al entrenador que propuso su rival electoral.

Así le va a Peñarol con un presidente como Ruglio.

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