Por Federico Álvarez Petraglia.-

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Vida

La verdad es un valor poco apreciado en la política, muchos la soslayan en pos de sus fines y otros en su nombre terminan haciendo creer a la gente sus mentiras en nombre de la misma, sin darse cuenta que de esa forma lo único que terminan lastimando es a la propia democracia y a aquellos que son los encargados en representación del pueblo de gestionarla. ¿A qué viene esta reflexión? pues se funda en las últimas decisiones del Intendente de Paysandú donde hasta ahora ha dejado cesante a más de 600 personas que prestaban servicios en la comuna. La cifra en este momento es desoladora de por sí, dejar 600 familias en la calle en medio de la pandemia, de la suba de tarifas, de caída del salario real, y un largo etc., es un acto de insensibilidad social y política para con una sociedad como la nuestra, que viene sufriendo el desempleo y la crisis desde hace un buen tiempo. Pero a todas estas desgracias debemos sumar una gran mentira que se ha querido instalar en las últimas horas, cuando se dice que estos ceses se deben a que los contratos finalizan porque la anterior administración les puso fecha de cese al 31 de diciembre. Pues bien, lo afirmado es mentira, dentro de esos 600 ceses sin duda hay trabajadores con contrato con vencimiento al 31 de diciembre, pero esos contratos tienen ese término cíclico y anual,  desde hace muchísimos años, incluyendo los gobiernos blancos, y lo único que hacía el gobierno entrante era renovarlos o no, es decir, no cesaban fatalmente el 31 de diciembre, el jerarca de turno debía definir cuales seguían y cuáles no. Lo dicho, querer trasmitir la responsabilidad de los ceses al gobierno anterior es lisa y llanamente una canallada, es utilizar el dolor de la gente para hacer política y no asumir las responsabilidades que, como máximo jerarca departamental le caben. Lo dicho, la verdad no puede ser negociable, los hechos son así, falta valentía, falta coraje para asumir lo resuelto y para tapar la falta de coraje se recurre a ensuciar a un gobierno que siempre fue claro en el tema. En fin, resulta que aquellos que tenían todo tan claro para sacar a Paysandú adelante están muestras que son un manojo de improvisación, sin norte y que lo único que les interesa es ahorrar, sin importar el costo, y si tienen que dejar 1300 familias humildes sin Caif, peor para esas familias, un mensaje absolutamente insolidario, impropio de un gobernante que debe afrontar el cuidado de todos los sanduceros, pues por eso lo votaron. En definitiva, esto no es más ni menos que el proyecto de la derecha en nuestro departamento, un proyecto insolidario, de espaldas a los que menos tienen y un fiel representante del gobierno nacional y sus políticas aplicadas en el territorio.