Las cosas por su nombre, la confirmación que Uruguay compra vacunas y se van a facilitar vacunar a sus habitantes es maravillosa. La mejor noticia desde el inicio de la emergencia sanitaria.
Desde marzo del año pasado que hemos caído en un pozo depresivo los uruguayos y todo el mundo en forma similar.
Más allá de las diferencias que se pueden tener con el gobierno, no se puede ser estúpido y no alegrarse de esta noticia.
Lamentablemente los uruguayos meten sus ideologías hasta en la sopa.
Si son de izquierda, todo lo que haga el presidente y los integrantes de la coalición multicolor le van a buscar la vuelta para encontrarle lo negativo para ellos.
A la inversa lo mismo, nunca se reconoce nada bueno.
En este caso, hay que festejar que vengan vacunas, y que ellas pueden sacar a la población de la depresión y tristeza que muchos de ellos viven.
No es tiempo de discusiones, es tiempo de alegrarse.
Personalmente dije y mantengo, que por ahora no voy a vacunarme, que quiero esperar un poco ver qué tipo de vacuna viene y la seguridad de su eficacia.
Pero no puedo decir otra cosa que es una gran noticia que los uruguayos tengan a su alcance la posibilidad de vacunarse.
Quizás se demoró un poco, pero miremos para adelante, y veremos en positivo que la única forma de volver a una normalidad dentro de algunos meses o a fin de año es con una vacuna.
Lamentablemente se dicen muchas cosas respecto a las vacunas, algunas sin fundamentos y otras con fundamentos, que nos hace poner a la defensiva.
Sería espectacular que el presidente y sus ministros sean los que se vacunen en la primera tanda y frente a las cámaras de televisión, 10 dosis no será vital de usar.
Eso les daría a los uruguayos mucho más confianza.