Lamentablemente Uruguay ha llegado al primer lugar en cantidad de suicidios, y lidera esa macabra tabla mundial desde hace cinco meses.

Sin embargo, nuestras autoridades parecen no darse por enteradas. Dicen que no hay que hablar de esto, que es un tema que se debe omitir, y que cuando alguien resuelve ponerle voluntariamente fin a su vida, hay que hacer silencio y no difundir la desgracia.

Pero cuando 20 compatriotas resuelven poner fin a sus vidas por mes, no tengo la menor duda que no solo hay que difundirlo, sino que hay que ocuparse inmediatamente para conocer cuales son los motivos que hacen que hoy estemos primeros en esa triste muerte.

Si Uruguay es un hermoso país, si el clima es generalmente bueno, donde no hay catástrofes, no hay terremotos, no hay maremotos; si a eso le sumamos que somos pocos habitantes, que aun en el planeta seguimos siendo primeros en mantener la unión familiar y las costumbres de amistad y familia… ¿Porqué quitarse la vida?

Profesionales de la psicología nos aseguran que la depresión es la enfermedad que crece más en el Uruguay, y que lleva en muchas oportunidades al suicidio.

¿Por qué nos deprimimos los uruguayos?

También nos preocupamos de conocer las estadísticas profesionales, y hay varios motivos.

La falta de dinero y los problemas económicos es uno de los motivos más notorios para caer en depresión.

El sentir que no es posible, que se endeudó, que no consigue empleo, que no puede salir adelante, que no puede mantener a sus hijos, que lo hace sentir que fracasó y que esta vida es una porquería.

Nos dicen que el tomar la decisión es un segundo, pero todo lo que lo genera puede durar muchos años.

En el Uruguay la mayoría de nosotros vivimos tensos, nerviosos, angustiados, tristes.

Nos vamos deprimiendo de ha poco, casi sin darnos cuenta, nos encerramos en nosotros mismos, y cuando un individuo no se abre con alguien, es muy peligroso.

Comenzamos por engañarnos nosotros mismos, hasta llegamos a mentirnos, hacer fantasías irreales, y escondernos detrás de una postura que no es natural.

Conversamos con un psicólogo de la Fundación Cazabajones y nos decía que nunca tuvieron tantos pacientes que llegan deprimidos y angustiados.

La gente viene a pedir ayuda cuando ya no da más, cuando bajó los brazos, nos decía.

También nos explicaba que la mejor terapia para curarse, es el trabajo, la familia, los amigos y el dinero para poder vivir sin angustias

Esa es la mejor cura, que la persona tenga nuevos desafíos, ya que cuando se cae en depresión, se  pierden los objetivos.

A mí, personalmente me da mucha rabia saber que en el Uruguay se suicida mucha gente, y que en relación con la cantidad de población que tenemos, somos los que más se quitan la vida.

Creo que hay responsabilidad de muchos, pero no puedo dejar de pensar que quienes nos han gobernado tienen una cuota mayor de compromiso.

La  pobreza en el Uruguay ha crecido a cifras impactantes en los últimos 30 años.

Las familias han sido partidas al medio, muchos se han ido al exterior en busca de trabajo digno, los más ancianos ganan como jubilación luego de 50 años de duro trabajo una miseria que es insignificante a la hora de bancar el presupuesto mensual.

Hemos llegado a vivir con un grado mayúsculo de crímenes, robos, hurtos, arrebatos, asesinatos y violaciones en nuestro entorno diario.

Ver el noticiero de la televisión, es deprimente, da miedo, entramos en pánico y somos obsesivos con la crianza de nuestros hijos.

Somos miedosos, tenemos miedo a los criminales, a las facturas de UTE, a la de Antel, a la de Ose…

Sería bueno que se pueda hacer algo para evitar esta pandemia uruguaya, que es la depresión, una enfermedad que ha sido diagnosticada ya a 450 mil compatriotas, y otro tanto la tiene y no sabe aun.

Lamentablemente en un año, ya han sido 900 uruguayos que no han querido seguir sufriendo.

¿Haremos algo?

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