Somos así, cuando podemos “garronear” algo lo hacemos, no importa el otro, importa el “Yo primero”, ese desafío constante a lo incorrecto o mejor llamado: a lo “prohibido”. Y muchas veces sacamos pecho al violentar las normas, y nos hacemos escuchar con esa mirada por encima de los hombros con la soberbia a flor de piel. Total….

Así como nos destacamos en muchos aspectos por la llamada “Garra Charrúa” que no me queda claro de dónde emana esa expresión media tonta a mi entender, también nos venimos a pique por la imbecilidad de muchos que se las “saben todas” y desafían la autoridad en todo sentido. Desafían la vida y la muerte por su ignorancia, que a veces no es tal porque subestimamos al otro y a las diferentes situaciones. Lo importante es hacerlo ya, ahora y vamos que vamos. 

Acá no es un tema político, lo aclaro por las dudas, antes que empiecen a caerme quienes (Gracias a Dios los hay) piensan diferente a mí, menos mal. Es un tema de cada uno, sin importar políticamente de quién simpatizan, o a quién votaron, no, no es eso.

Es un tema de conciencia nada más.

Cuando empezó la pandemia en aquel viernes 13 de Marzo y lo que ha seguido, lo hemos respetado y asumido, no en su totalidad porque en ese tiempo de miedo ante la muerte que podía tocar la puerta, hubo muchos desafíos. Y como tales, algunos los supimos sacar al costado como decimos.

Tomar conciencia según las indicaciones de lo que debíamos hacer y cómo hacerlo nos llevó a darle una bofetada al Coronavirus, donde hasta hace pocos días éramos ejemplo mundial.

Sucede que somos los vivos de siempre, desafiantes, atrevidos y reitero: imbéciles. Siempre lo prohibido nos tienta, lo hacemos, resaltamos ante los demás lo que logramos y así burlamos el sistema.

No me queda claro quiénes son los que irrumpen para que nos vaya mal. Exponen sus vidas y la de los demás por esa conducta.

Y cada día hemos visto de todo en medio de la Emergencia Sanitaria, donde llevamos 32 fallecidos por el maldito virus chino. Las cifras estaban cayendo y estábamos contentos cada día, cuando a la hora 20 se actualizan.

También estaba previsto (dicho por médicos y científicos) que podrían haber brotes ante el Invierno, algo que es normal suceda. El tema es que si lo vamos a buscar, lo vamos a encontrar, así sucede en todo orden, el que busca encuentra, ¿no?

Hay muchas conductas que desafían el Coronavirus, lo vemos a diario o lo vivimos cada uno en su experiencia de vida, no solo lo vemos en lo que muestran los medios, lo vemos en muchos lugares. Y así fuimos “bajando la guardia” y asumiendo riesgos.

Muchos de quienes se contagiaron fueron por estar en la primera línea, llámese personal de la salud, policías y personal de las fuerzas armadas.

Reitero, sin entrar en lo político, se ha hecho mucho y se ha invertido y preparado al país entero para lo que pudo, o podría haber sido peor. Ojalá no lleguemos a eso por el bien de todos.

Cuando te dicen y te piden que no podés viajar a la frontera y lo hacés, entonces cada uno en su conciencia sabrá si hizo lo correcto o no.

Cuando te piden ciertas normas de prevención y las cumplís, eres el responsable por ti y por los demás, podés morir o matar a otro, así de sencillo ¿O te quedan dudas?

Sabemos bien además que hay otras enfermedades que matan, que se contagian y de las que muchas veces podemos salvarnos, no es nuevo, solo que le sumamos otro virus. Solo basta abrir un poco los ojos y ver hacia Argentina y Brasil lo que sucede, nada más y nada tan cercano, solo ver a nuestros “vecinos mayores”.

Todo esto, a mí personalmente, me genera duda, miedo, e impotencia, porque no se sabe qué sucederá hoy, mañana, pasado. La vida misma está en juego. Y la desafiamos, es como ponernos delante de una bala por ser algo gráfico.

También están el resto de las llamadas (patologías) o enfermedades que nos afectan a todos, porque todos en alguna medida tenemos alguna “nana”, algo que nos pasa y nos afecta. Y ahí entramos en otro tema.

Uruguay venía bastante bien y ahora se nos descontroló la situación. Es un tema de conciencia, de buscar soluciones y evitar que no aumenten los casos, llamando a la conciencia de cada uno, sin marcar con el dedo a nadie. Debemos hacer todo lo posible para seguir adelante y vencer, en todo aspecto, a la muerte.

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