Las cifras oficiales son claras, hay 550.000 uruguayos trabajando 44 horas semanales en diferentes lugares, que a fin de mes cobran un poco más de 20.000 de retribución.
También hay 220.000 jubilados que cobran un poco más de 17.000 pesos por mes.
18.000 pensionistas con menos de 10.000 pesos por mes.
Hay 190.000 personas desocupadas.
Se pasó además, la cifra poco creíble de 1.000.000 de uruguayos que están en el Clearing de Informes como malos pagadores.
Estas cifras, reitero que son oficiales, son contundentes, más de medio Uruguay en condiciones de producir, está en la lona.
Si miramos con atención en los shopping del país, los únicos locales donde hay clientes y hasta colas fuera del local, son las financieras que prestan platas.
Esas financieras, han sido compradas por los Bancos, con la intención de ganarse el crédito al consumo también.
Los intereses son usureros, pero autorizados por las leyes que en los diferentes parlamentos han votado.
Muchísimas personas de bajos recursos recurren a tomar un crédito, ya que están absolutamente impedidos de cumplir con los más elementales rubros para llegar a fin de mes.
Se ha llegado a situaciones increíbles, como por ejemplo, pedir dinero prestado, para pagar las tarifas públicas de energía eléctrica.
Cientos de miles de uruguayos han tenido que caer en créditos que les resultan impagables.
La desesperación, la esperanza de mejorar sus ingresos en algún momento, los hacen tropezar en lo que inexorablemente, será su muerte civil.
Mientras tanto, y esto ocurre, el gobierno de turno maneja las macroeconomías, alejándose de una realidad que golpea frontalmente.
Los ministros de economía están muy lejos de conocer el sentimiento de no tener que darles de comer a sus hijos.
Ni poder pagar un alquiler y saber que deberán irse a la calle.
Viven y trabajan en una burbuja, donde se aíslan de la realidad.
La mitad de los uruguayos está pasando muy mal, bajando su calidad de vida, sufriendo mucho.
Tiende a desaparecer la llamada clase media, vieja clase trabajadora, que en las fábricas lograba un buen pasar económico.
Los comerciantes han sido prácticamente bombardeados con impuestos de todo tipo, con costos impagables.
Los economistas de cada gobierno deben cumplir una regla, que imponen los organismos internacionales, y si logran mantener al país con esos números maravillosos, son galardonados con condecoraciones en el mundo internacional.
Seguramente el año próximo, se pueda abrir un poco la canilla electoral, y tendremos algún repunte en varios sectores.
De esa manera llegarán los candidatos a pedir 4 años más, ya que justo se les terminó el tiempo cuando comenzaba a crecer la economía y la inversión.
Un viejo cuento del sistema político, que hasta ahora, ha dado buenos resultados.