Quedó al descubierto que en la Sala de Casinos de Minas, el gerente, dispone de por disposición de 20.000 dólares por año, para invitar a sus clientes “importantes” con consumiciones en el bar del mismo.

Es decir, el gerente, dispone de todo ese dinero a discreción, de acuerdo a su imaginación, para agradecer a los jugadores que más pierden en la sala.

Me pregunto… ¿Esta cifra dispondrá también cada uno de los gerentes de cada una de las salas en todo el país?

Si es así, que debería, estaríamos con una cifra cercana a los 400.000 dólares por año que les regalamos a los clientes de las salas que disponga cara gerente.

Nos dicen, que es para poder competir con los casinos privados, como el Conrad por ejemplo, que de acuerdo a comentarios recibidos, a jugadores extranjeros, se les obsequia la estadía y comidas.

Es posible que sea así, pero… en pandemia, con la gran desocupación, donde cien mil uruguayos dependen de un plato de una olla popular para comer, parece realmente contradictorio.

 

“Ante los cuestionamientos en redes sociales por la última de las contrataciones, Casinos del Estado del Uruguay emitió un comunicado en el que explica que «dicha contratación no responde a ningún gasto realizado por el Ministerio de Economía y Finanzas (MEF)» sino que «responde a invitaciones de cortesía para realizar consumiciones en el Bar de la sala de juegos respectiva», por lo que «la Dirección General de Casinos posee una norma habilitante, que data del año 1998 a efectos de proceder con estas cortesías a sus clientes».

 

Esta fue la explicación oficial, puede ser una norma, pero una norma se cambia o se anula con otra norma.

Y dejo un breve comentario respecto a los miles de uruguayos que dejan allí sus sueldos, que se funden, que se enferman con esta enfermedad del juego.

A esos, seguramente el gerente no les regale ni un pan con grasa.

Artículo anteriorRAPIÑEROS DE CUELLO DURO
Artículo siguienteLOS VIVOS Y LOS BOBOS DE SIEMPRE