La verdad, como dice Julio Ríos, “la capacidad de asombro nunca está colmada”, resulta que el gobierno en hermosas conferencias de prensa anunció que hace meses ya teníamos solucionada la compra de vacunas.

Dijeron incluso la cantidad de dosis y Álvaro Delgado fue ovacionado cuando en conferencia de prensa y ante la mirada agradecida del pueblo uruguayo decía textualmente…

“El presidente Luis Lacalle Pou decidió, en consulta con el Ministerio de Salud Pública y la academia científica, que Uruguay suscribiera el mecanismo COVAX de OMS/OPS para integrar la lista de países compradores de una vacuna validada por organismos contra la COVID-19”, informó el secretario de Presidencia, Álvaro Delgado. La inversión de 2,5 millones de dólares, surge del Fondo Coronavirus y garantiza 1,5 millones de dosis. Pero además, al ver a la gente mirarlo con admiración, Álvaro redobló la apuesta agregando…

Vida

“El acuerdo de suscripción implica el adelanto de un pago de 2,5 millones de dólares, que se financian con el Fondo Coronavirus, para reservar la prelación en el uso de las vacunas. Detalló que son 1,5 millones las dosis solicitadas, que servirán para inmunizar a unas 750.000 personas. El acuerdo, al que adherirá la mayoría de los países de América Latina, permite hacer un pool en la compra con cada país y no tener que negociar con cada laboratorio en particular”

Pero resulta que eso fue el 10 de octubre, hace unos 80 días, y hoy, la noticia la dio el presidente de Argentina Alberto Fernández, al decir en una entrevista que le realizaron en Radio 10 de la vecina orilla….

“Voy a ayudar a Uruguay a conseguir la vacuna, mi amigo “Pancho” Bustillo me llamó y me pidió ayuda, les voy a dar todos los contactos, y a Bolivia también que me pidieron”.

Resulta que cuando todos están vacunando, Uruguay comienza a pedir a Argentina los contactos para conseguir la vacuna.

Esto es de locos, no se puede creer.

¿Será que como ocurrió toda la vida el Uruguay sea el último y que hasta que llegue el último ciclista de la Vuelta no comenzamos a trabajar?

Vergonzoso, sin duda.