Gastón Pereiro jugó su último partido en Nacional en esta etapa y vuelvo a Cagliari de Italia, donde tiene contrato vigente.
Si tuviéramos que definir su rendimiento en estos seis meses, tendríamos que ser contundente y expresar que fracasó rotundamente.
Nunca fue una estrella, pero sí tiene condiciones técnicas que en el fútbol uruguayo se destacan.
En esta ocasión, mostró muy poco, casi nada, y mantuvo su titularidad por la generosidad y don de gente del entrenador Gutiérrez.
Ya el argentino que lo dirigió al inició del año lo había sacado del equipo titular.
Si bien tiene condiciones técnicas, debemos decir que es un jugador frío, que no siente, que se pierde del partido, desaparece.
Al día de hoy, no puedo asegurar cual es el puesto que tiene en la cancha.
En Nacional lo pusieron en todos lados, hasta de doble cinco llegó a jugar.
Por derecha de carrilero, por izquierda, de nueve y medio.
En ningún lado rindió para el equipo, y no justificó la titularidad que casi en forma terca, Gutiérrez le dio en todos los partidos.
Se va por la puerta chica.
Quiso venir a Nacional porque en Cagliari no jugaba casi.
Ganó en Italia un sueldo millonario y prefirió perder dinero de su salario para venir a Nacional seguramente pensando en relanzar su carrera en Europa que se vino abajo, pero, lamentablemente, aquí no le fue nada bien.
Buen muchacho, buena gente, hincha de Nacional, pero futbolísticamente fracasó en este período.
