Todos sabemos lo que ocurrió en el hotel donde Nacional estaba concentrado porque “alguien filtró” la información a la prensa.
Hubo a partir de esa información, en que solo se dijo que eran unos 12 jugadores que rompieron la burbuja, que se relacionaron con tres mujeres que estaban en el hotel a propósito y tomaron alcohol.
Esa es la información que salió a la prensa.
Se mantuvo un absoluto silencio en los nombres de esos 12 jugadores, que luego de perder el clásico hicieron ese disparate, silencio total.
Y aparece el capital Bergessio en la prensa a realizar declaraciones.
Cuando todos esperábamos que Bergessio se ponga al hombro el plantel, que respalde a sus compañeros y que las sanciones iban a ser puestas por la directiva si lo creían conveniente.
Pero no, el capital Bergessio salió a la prensa en una radio a limpiar su nombre.
Únicamente a eso salió, a dejar claro que él no estuvo en la fiestita con las tres damas, ni se tomó un escoses.
Claro que Bergessio no es uruguayo, ni sabe nada de la historia del fútbol uruguayo.
No conoció a “El Peta” Ubiñas, ni a Montero Castillo, ni a Víctor Esparrago, ni a quién tiene a mano como lo es Juan Carlos Blanco.
Salir a limpiarse él y dejar a todos sus compañeros bajo sospecha es desleal, es de mala gente, es de una bajeza mayúscula.
Parece que este argentino no sabe nada de códigos en materia de plantel.
No era ser cómplice de quienes fallaron, era simplemente jugarse por un plantel, y que los líos internos se arreglan en el vestuario entre hombres.
Pero prefirió limpiarse él por los comentarios en redes que lo insinuaban implicado, eso, reitero, es falta de códigos, y mala gente.