Tenemos muchos problemas en la comarca. Tantos que la disputa sobre si el país caribeño es o no una Dictadura parece ser irrelevante. Era la oportunidad de hablar las cosas por su nombre. Eduardo Galeano decía: «al pan pan y a la mierda mierda». Y en este caso la mierda tiene cola, cuatro patas y ladra. Así lo definió el Presidente en varias entrevistas a medios argentinos. En Venezuela hay una Dictadura y Maduro, que estaba esperando escuchar la postura oficial sobre el tema, por fin podrá usar el sobretodo y las botas de 7 leguas. O quizás ya es su atuendo oficial hace tiempo y nosotros tarde como siempre no hemos descubierto nada. Lo cierto es que Talvi se equivocó y nos dejó bastante complicados en este tema de las relaciones internacionales. Quizás no era lo suyo la etiqueta del «cóctel«, y de «lobby» no sabe nada. Pero en su impronta, abstemia a los gastos y el protocolo, seguro que la cancillería no iba a ser la fiesta de las hermanas «Rivarola«. Lo perdimos por soberbio, una lástima. Y lo que llegó no tiene muy buenos antecedentes. Es un ex contrabandista de autos de lujo, amante de fiestas «al pedo» y sigue la línea ideológica de Roberto Carlos: tiene un millón de amigos.

El nuevo Lord Chancellor hizo «migas» con Mujica ni bien pisó el país. Luego visitó a todos los ex Presidentes para despistar. Y próximamente le pedirá consejo al pupilo de Cristina. No puedo decir que volvimos a los cócteles porque nunca llegamos a ese lugar con Talvi. Ni sabemos aún si nos retiraremos del grupo de Lima, pero al menos Bustillo fue más contundente que su antecesor: “No tenemos ninguna duda, Venezuela es una Dictadura”. Lord Chancellor aclaró que su país busca una solución pacífica a la crisis venezolana, pero no promoverá más diálogos por “la falta de voluntad de una de las partes”, en referencia al régimen de Nicolás Maduro. En este sentido parece no estar alineado a la política exterior del «Palacio de San Martin«. Todavía no sabemos si con tanto cóctel, Bustillo se acordará de los favores que le permitieron «zafar» del escándalo por la compra de 4 autos de lujo en la vecina orilla y tan pronto le reclamen aquellos favores, seguirá la línea ideológica de su amigo Aníbal Fernández. Por ahora está claro que el que manda es el Presidente y que si él repite que hay una Dictadura, todo el Ejecutivo se tiene que alinear detrás. Talvi no entendió que era apenas un empleado de Luis. Y Bustillo claramente todo lo contrario. Quizás sea muy capaz, no lo sabemos. Por ahora es una heladera a la orden del Monarca.

Artículo anteriorEL MISMO PERRO CON DIFERENTE COLLAR
Artículo siguienteLAMENTABLE NACIONAL Y MUCHO PEOR CERRO LARGO