Me he tomado el tiempo para analizar el programa llamado “Jornales Solidarios” y ahora, con más elementos que he podido recabar, me animo a decir que no estoy en absolutamente nada de acuerdo con el mismo.
Pude averiguar, que el gasto del gobierno, es de US$ 30 millones de dólares por todo concepto para llevar adelante todo el programa.
Sin dudar un segundo, creo que en lugar de un gasto, que me apresuro a decir, que será simplemente un parche que no logra cambiar en absoluto la desocupación que hay en el Uruguay.
Esto no es crear fuentes de trabajo, se trata de una pretendida solución precaria, muy precaria.
Aquellos que logren ser sorteados y ganen en un mes $ 12.500 pesos, lo utilizarán únicamente para alimentos de su consumo.
Es decir, que cumple la misma función que una olla popular o un comedor municipal.
Muchos que se anotaron, y alguno que será sorteado, ya están trabajando en negro, o son vendedores ambulantes, por lo que pueden ser los más beneficiados.
Me pregunto…
¿Por qué no permitir participar a los jubilados de la mínima cifra?
¿A los pensionistas de cifras ridículas actuales?
¿O a los mayores de 65 años?
Quiero llegar a la conclusión que la diferencia a lo que hicieron, en contrapartida a lo que se deberían hacer, es gasto contra inversión.
La excusa de crear este programa fue muy sencilla y de sentido común…
“Que se ganen el dinero como una contrapartida a un trabajo que hagan”.
¿Quién puede estar en desacuerdo con esa premisa? Sin dudas que nadie.
Pero, debemos recordar que este programa comienza a ser estudiado en profundidad, cuando los legisladores y dirigentes del Frente Amplio insistían en darles a un sueldo sin contrapartida a cientos de miles de uruguayos para bajar el efecto de la pandemia, el desempleo y el seguro de desempleo. Y para defender ese criterio, fue que crearon estos 15.000 salarios solidarios, pero a cambio de trabajo.
Ya es un fracaso al programa, que 250.000 uruguayos se hayan inscripto.
Demostración clara que se quedaron re cortos en los 15.000.
El otro gran problema, son las tareas que cumplirán los 15.000 sorteados en las intendencias.
En primer lugar, debemos decir que las intendencias son una especie de comité político del color del intendente, con contadas y honrosas excepciones.
Por consiguiente, todas las intendencias están ampliamente pasadas de personal presupuestado y contratado, por razones de ingresos por política.
Entonces consultamos a varios intendentes en qué lugar iban a disponer el ingreso de los trabajadores de jornales solidarios.
Las respuestas fueron varias, pero la más repetida fue “en limpieza”.
Aquí no se tuvo en cuenta las capacidades de los inscriptos y por consiguiente los sorteados.
Lo digo y lo sostengo, es imposible que lleguen en cantidades importantes nuevos trabajadores, y que todos se dediquen a la limpieza.
Hicieron todo y aun no sabían cómo iban a sortear los lugares.
Claro que los intendentes quieren esto, ya que le dan trabajo zafral a su gente y no pagan ellos, una papa.
No pueden digitar trabajos para sus correligionarios, pero igualmente es bueno que la gente crea que es el intendente que te está dando el laburo.
Positivo para los comerciantes de rubro de alimentos, especialmente las grandes superficies, ya que todo ese dinero irá a parar a sus cajas registradoras.
En síntesis, dentro de seis meses la depresión será total cuando se termine, habremos gastado US$ 30 millones de dólares, y no tendremos ninguna solución, ni siquiera parcial a los problemas de la gente.
Y la semana que viene, habrá 235.000 uruguayos puteando y entrando en depresión, por no haber sido sorteados.
Que no nos quieran hacer creer, que están generando empleo.
Solamente por razones políticas, se están haciendo trampas al solitario.
Con esto consiguen simpatías, tienen herramientas para explicar que dan trabajo, pero la realidad es que esto solo es “pan para hoy y hambre para mañana”.