Guido se creyó que presionando y extorsionando al presidente, se iba a transformar en el dueño de la pelota.
Con la reforma de la jubilación, Guido Manini pasó la línea, no cumplió con la palabra, y después extorsionó a Lacalle Pou, negociando cosas, fuera de esa ley.
Para Lacalle Pou era cuestión de Estado sacar adelante esta reforma, tuvo mucha paciencia y cedió muchísimas cosas de la idea original.
Todo tipo de impertinencias tuvo que soportar con su mejor sonrisa.
Guido Manini salía de la Torre Ejecutivo con carita de triunfador.
Amenazaron con realizar una recolección de firmas para un referéndum, pidió que le voten que los mayores de 65 años no puedan ir presos a una cárcel y vayan a prisión domiciliaria.
Luisito quedó muy caliente, hizo el papel de idiota con Cabildo Abierto, y después los Colorados se subieron al carro en los últimos días, mostrándose celosos del acuerdo de Cabildo en solitario.
Cuando llegó esta situación de Irene Moreira, me imagino que el presidente se moría de risa en privado.
Se la dejaron picando, y la metió en el ángulo.
¿Se va Cabildo de la coalición?
Si fuera por Manini sí, porque humilló a su esposa.
Pero este fin de semana estarán pensando un poco más fríamente.
Si se van, se quedan sin cargos de particular confianza y van a empezar a volar cientos de acomodados en diferentes lugares, especialmente en los ministerios de Salud Pública y Vivienda.
Decenas de retirados militares volverán a sus casas.
Lo cierto es, que al igual que su padre, Lacalle Pou, sabe que la venganza, es un plato que se come frío.