De Eduardo Abenia.-

Les dejo una reflexión, para los que piensan que el Covid es una Plandemia. Dado que es un número creciente de uruguayos y que eso afecta el combate a una enfermedad, que empieza a ganarnos la partida, agradezco la difusión.
Hoy, mucha gente piensa que una mano negra, con el argumento de que el planeta no resiste más humanos, tiene un plan malvado para diezmarnos. En esa línea de pensamiento, los poderosos hicieron que la ONU creara la Comisión de Población y Desarrollo, a fin de implantar políticas tendientes a disminuir la población, tanto reduciendo la natalidad (matrimonio gay, abortos, etc.), como promoviendo la muerte de ancianos, eutanasia mediante. No olviden que, en toda sociedad, los mayores consumidores de recursos son los que tienen más dinero, o sea los ancianos.
Según esta visión, el Covid fue diseñado con la intención de matar ancianos. Por cierto, la mayoría de sus muertos lo son. Es obvio que la ONU no puede ante la opinión pública promover que la gente se enferme, por el contrario, debe decir que nos está protegiendo, así que la estrategia mejor es que el trabajo sucio, hacer que más gente muera de Covid, lo tiene que hacer otro.
La forma inteligente de hacerlo es promover un relato que tenga fácil arraigo entre las masas. Para ello, los malvados deben ser los que ya cuentan con la desconfianza de esas masas, poderosos millonarios, como Soros o Gates, las corporaciones farmacéuticas y por supuesto los gobiernos.
En ese relato, los malvados buscan a toda costa silenciar, para lo cual obligan a todos a usar bozal, como reacción, la mayoría terminará negándose a usarlo. En ese relato, los malvados quieren separarnos de nuestros mayores para que se mueran de angustia, la disidencia querrá entonces eliminar el distanciamiento, con lo cual el virus llegará a sus receptores naturales. El relato culmina con los malvados queriendo ponernos con la vacuna, un chip para controlarnos, con lo cual se logra desconfianza en la vacuna y con ello que solo un bajo porcentaje de la sociedad se inmunice.
Así, con un relato que se aprovecha de la tendencia humana a creer en conspiraciones de poderosos malvados, se logra que, a pesar de que en muchos países ya hay más de un muerto por cada mil habitantes, la gente piense que todo es mentira y se niegue a tomar las precauciones capaces de detener la enfermedad. Parece obra de Sun Tzu, usa las fuerzas del enemigo para sus propósitos, capitaliza su debilidad para que sea el otro el que construya el relato que lo matará.
Si me preguntan si creo en lo que acabo de plantear, la respuesta es que es una conspiración tan creíble como la que pretenden los que hablan de Plandemia, ciertamente que no creo ninguna de ambas, creo que tenemos un problema, que se ha manejado muy mal, y que debemos enfrentar, sin miedo y sin tibieza, como debimos haber enfrentado tantos otros, que, por viejos conocidos, hemos llegado a aceptar con normalidad, tiranía, hambre, guerras, tuberculosis, malaria, etc.
Lavalleja, 9 de Diciembre de 2020

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