El próximo miércoles 3 de febrero se juega el clásico por el campeonato entre Peñarol y Nacional en el estadio de los aurinegros.
No es sencillo analizar un encuentro que nadie sabe cómo serán las integraciones.
Porque el Covid manda en el fútbol uruguayo, y hoy por hoy, puede pasar cualquier cosa en casi una semana que falta para que se encuentren nuevamente los grandes del fútbol uruguayo.
No hay un claro favorito, juegue quién juegue, ninguno de los dos equipos se sacan una clara ventaja.
Tampoco el hecho de ser local para Peñarol, al no ser con público en las gradas, le da grandes ventajas.
Si, hay un tema sicológico, que no deja de ser importante.
Peñarol viene de ganar el último clásico hace muy pocos días, dirigidos por Mario Saralegui.
Y los aurinegros no pueden, ni deben perder en su cancha.
Nacional no puede ni debe volver a perder, porque ya serían tres encuentros en el estadio de Peñarol sin ganar y sumaría su segunda derrota consecutiva.
Quizás un empate se estaría firmando por parte de ambos equipos, ya que podrían zafar de quedar expuestos ante una derrota.
Deportivamente Nacional llega más armado que el clásico anterior, con bajas importantes dentro de la larga lista de los que no renovaron el contrato.
Peñarol viene con cambio de entrenador, de presidente y de gerencia deportiva.
Ambos vienen mostrando muy poco en el campeonato, discretas actuaciones.
Bergessio llega con la pólvora mojada, pero sabe que puede ser su reivindicación clásica y personal.
David Terans estará en la cancha y eso es mucho para Peñarol, ha venido cumpliendo excelentes actuaciones, incluso siendo verdugo de Nacional.
Torres en el último clásico se mostró imparable y puede marcar nuevamente la diferencia.
Giordano no va a regalar nada, seguro que va a esperar a Peñarol, y sacarle espacio a ese circuito de Torres y Terans.
Si tuviéramos que jugar un boletito a un ganador, ese sería Peñarol, pero Nacional sabe que se juega mucho, que si pierde, su distancia en la tabla anual será muy pequeña, y que además puede comenzar un problema, al perder en el estadio de Peñarol dos veces seguidas.
Giordano es muy zorro, conoce las limitaciones del plantel, va a sorprender seguramente, no solo con la integración, sino con la estrategia de juego.
Larriera va a hacer la lógica, no habrá inventos raros.
La diferencia entre ambos es mínima, quizás la parte sicológica y la motivación en este clásico, sea mucho más importante que en otros.
Quizás el que más se juega es Jorge Giordano, que a pesar que lo confirmaron en la dirección técnica recientemente, tenemos información que su contrato tambalea si pierde con Peñarol el próximo miércoles.
“Hay que ver como pierde, porque hay formas y formas de perder” nos dijo un dirigente tricolor.