Los periodistas tienen su corazoncito, y con mucha habilidad, lo esconden ante los micrófonos y las cámaras. Pero lo cierto es que operan para el lado que les gusta ideológicamente.
En cada cambio de gobierno, nos enteramos quienes son los que estuvieron «trabajando solapadamente» para que gane «su pollo», y de esta manera poder ocupar un cargo en el gobierno y asegurarse una muy buena entrada mensual durante cinco años.
En la interna, la de la cocina de cada canal o cada radio, conocen perfectamente para que lado patean cada uno.
Personalmente los llamo como «periodistas militantes de encubierto», hacen un gran trabajo hormiga.
Y son operadores, algunos quedan expuestos a simple vista, otros son expertos y hacen su «trabajito» sin que nadie se de cuenta.
Y cuando su «patrón» logra el primer premio, inmediatamente le dan el lugar que se merecen.
Lamentablemente, los únicos que se perjudican, son los televidentes, o escuchas de los programas de radio.
También hay otra clase de periodistas, los mercenarios.
Son los que cobran en forma encubierta o con publicidad para jugar a favor de su patrón y en contra de los enemigos de su patrón.
Hay gente que pretende pagar para que le peguen, son corruptos con plata que paran a algunos periodistas y arreglan una mensualidad, los famosos «ensobrados».
Hoy el próximo gobierno ya ha mostrado a varios periodistas que renuncian a sus trabajos y son nombrados en cargos públicos.
Un ejemplo es Blanca Rodriguez, que renuncia a
Subrayado para ser Senadora.
¿A quién representa como Senadora?
A Mujica y Lucía, ya que ellos la eligieron y la convencieron para que sea senadora.
¿Esa es la Democracia que se llena la boca los políticos, que dicen tenemos electoralmente?
Eso no es Democracia, eso es dictadura cruel y dura.
Para ser Senador, se necesitan 80 mil votos, y no creo que Blanca Rodriguez aparezca sin hacer nada y tenga esa cantidad de votos.
Esto ya es algo natural, nos acostumbramos, pasó siempre, y seguirá pasando.
Después se golpean el pecho diciendo que son representantes del pueblo.
Y no representan ni a su familia muchas veces.
